Hasta el 12 de setiembre podrá accederse a cualquier parte del mundo el programa de la quinta edición de MUTA - Festival Internacional de Apropiación Audiovisual desde su página web.
Los cortos que componen el bloque
“Latinoamérica 1” gravitan entorno a la memoria. Esta se convierte en el punto
inicial para crear sus discursos, búsquedas u homenajes. En un primer segmento,
tenemos películas que nacieron de memorias recobradas; el recojo de grabaciones
fílmicas y cartas. El acto de ese olvido gesta en los autores un ánimo del
rescate. Ese efecto de la apropiación de lo ajeno a su vez invita a una
reflexión en referencia a la devaluación de la memoria, lo que pondría en
riesgo la posibilidad de un futuro que olvidará su presente, tales como hechos
trágicos e imprescindibles que citan Enciclopedia catálogo (2020) y Desvío
(2020). A propósito del presente, y su eterna dialéctica con el pasado, Estratos
(2020) y Virus (2020) coinciden en rescatar una memoria que parece
predecir los efectos de la actual pandemia. Sendos casos, manuscritos revelan
cómo los comportamientos humanos, sea desde una lectura arquitectónica urbana o
una rutina marital, a veces estimulan un efecto patógeno, alientan la
insanidad, exponen la inestabilidad física y hasta mental, cuando más bien
deberían de impulsar la preservación y el bienestar común. Un especial acercamiento
a Virus, corto de Emi Castañeda, que de paso despliega un síntoma
sustancial cuando se trata de una fuente olvidada. La historia es a veces irrecuperable.
Entonces nos convertimos en parte de un misterio. |
Virus (Emi Castañeda, 2020) |
Retornando a esa retórica de
temporalidades que la memoria provoca. ¿Qué tanto han cambiado las cosas entre
el pasado y el presente? ¿Hemos superado nuestros traumas? ¿Seguimos
arrastrando mismos prejuicios o fantasmas políticos o sociales? Atortdoado,
Eu Permaneco Atento (Henrique Amud, 2020), además de hacer un homenaje a Dermi
Azevedo, el testimonio de este periodista que sufrió la persecución de la
antigua Dictadura militar nos da prueba de una agresión vigente cuando se la atiende
desde la actual coyuntura del régimen de Jair Bolsonaro. La memoria es una fuente
que nos obliga a repensar el presente, sea política como ideológicamente. La
cuarta plantación (2020), de Azucena Losana, es un buen ejemplo del
espectador persuadido a mirar con un punto de vista exótico o crítico una
realidad que luce chillona y postergada. El rescate de un material promocional
de turismo mexicano es la observación a los pensamientos o rutinas que en un
pasado fueron parte de un sentimiento no solo habitual, sino que además evocaba
utopía. Era el sueño del colonizador y la cristalización de un territorio adiestrado
y que, a su modo de ver, era el Edén de todo subyugado. |
La cuarta plantación (Azucena Losana, 2020) |
En La confesión (2020) y Carta
de Paula (2021), los testimonios son más bien desde el presente, en tanto, la
memoria registrada en audios, videos, escritos o fotografías se ubican en un
segundo plano. En ambos casos, es como si la memoria o pasado de adultos que un
día fueron niños, que vacacionaron y juegan entre la naturaleza explorada en un
viaje familiar, persuadieran al espectador a crear un vínculo humano, un lazo
de comprensión o empatía ante la demanda de la aceptación de una identidad homosexual
o una liberación de cargos que un Estado opresar ejecutó injustamente a muchos
jóvenes chilenos durante la revuelta del 2019. Por último, están ejemplos más
personales. En La muerte y yo (2020), la directora Carmen Vázquez Uriol simula
un recuerdo para exponer un pronunciamiento poético que define un entendimiento
personal e interior sobre el vínculo inminente entre la existencia humana y la
muerte. Por su lado, Capilla del diablo (2020) es un recuerdo al
bisabuelo. Nicolás de Bortoli se apropia de registros pertenecientes a una
capilla construida por su antepasado, además de grabaciones que aluden al
imaginario de los migrantes del Viejo continente a América, antecedente que
compartía el bisabuelo. El director le otorga un ambiente y textura fantasmal a
su cortometraje que tiene como premisa a ese familiar que se enclaustró por
tres años para edificar un escenario infernal en los interiores de una iglesia.
Es la alusión a un viaje optimista con un final trágico, el esquema de un
individuo, o una generación, que cayó a manos de la frustración y la locura. Un
tratamiento inquietante. |
Capilla del diablo (Nicolás de Bortoli, 2020) |
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