A diferencia de Medusa (2021), de Anita Rocha da Silveira, la figura mitológica en la película de Youssef e Ismael Chebbi resulta más significativa, al menos si nos inclinamos a la versión de la bella doncella mancillada y, posteriormente, condenada con vestir serpientes en lugar de cabellos a fin de ahuyentar a los hombres. Black Medusa (2021) nos cuenta la historia de Nada (Nour Hajri), una joven que se dedica a castigar a los hombres que capta durante la vida nocturna de Túnez. ¿Por qué lo hace? Es algo que la película no responde, pero sí lo hace la coyuntura, apoyada además de la leyenda griega. Los Chebbi hicieron el relato de venganza que Emerald Fennell hizo con una representación un tanto contenida. Black Medusa es pues una Promising Young Woman (2020) sórdida. Aquí no hay colores pasteles ni una figura vengadora sacada de un cómic, casi una caricatura que de paso se apropia de ciertos estereotipos machistas para captar a estos mismos. La joven Nada no necesita de esa clase de disfraces para atraer a los hombres. Esto es importante, ya que se define que la violencia hacia la mujer no radica del deseo nocivo hacia una imagen estereotipada, sino del propio hecho de ser mujer. Estamos hablando de que Nada asume la imagen del modelo de una víctima de la agresión sexual que es recurrente en cualquier ámbito del mundo.
martes, 21 de septiembre de 2021
2 Festival Lima Alterna: Black Medusa (Competencia Internacional)
Black Medusa nos descubre así a una mujer
común y corriente, solo que con una particularidad: un mutismo intencionado. Algo
ha acontecido en la vida de Nada, evento que la obligó a asumir ese perfil de
mujer que ha creado un cerco con los que forman parte de su rutina, por
ejemplo, laboral. El no hablar sería un equivalente a los cabellos de
serpientes o esa naturaleza que crea una frontera con la sociedad en general. Si
seguimos la pauta de la mitología griega, la pérdida de un sentido nos recuerda
a Edipo perdiendo la vista a modo de un autoexilio. Claro que en el caso de
Nada estamos hablando de un exilio forzado como el que experimentó Medusa, solo
que en este caso Nada se convierte en una cazadora que retorna por las noches para
fabricar un desquite. Al margen de ese conflicto, Youssef e Ismael Chebbi le
atribuyen a esta ciudad de Túnez un sesgo social inquietante, descrita como un
espacio en donde la criminalidad parece ser parte de un cotidiano. Es la
referencia a un territorio de por sí nocivo y que despierta un lado violento en
las personas. Caso Nada, solo basta un artilugio para estimular tal vez un
deseo que estuvo aislado a su subconsciente, reacción que parece resultar
consecuente en un ámbito en donde las autoridades no parecen tomar con mucho
compromiso una oleada de muertes.
Mira esta película por Cineaparte previo pago.
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