Luego de una dieta de cine negro que inicié desde el principio de la cuarentena, no puedo dejar de asociar el documental de Maite Alberdi con ciertos tópicos de este clásico género. Sergio, un octogenario, ha sido contratado por una agencia de espías para ser un infiltrado en un retiro para ancianos. La capacitación es anecdótica. Es la lidia entre el experto detective versus la memoria del nuevo agente, esencialmente, complicado por el uso de la tecnología. Ya dentro del recinto, el “topo” se enfrenta con un dilema típico del noir: una coqueta mujer se le ha enamorado. ¿Esto pondrá en riesgo su identidad? Se me viene a la mente al Fred MacMurray de Borderline (1950), agente encubierto que se enamora de la “cebo”, menuda disyuntiva porque sabe que al final tendrá no solo que romperle el corazón, sino que también arrestarla. Claro que esto es solo una fantasía en El agente topo (2020), pues Sergio parece estar enfocado a este oficio que rompió su racha de hombre retirado, ¿o es que simplemente no cede a los encantos de la mujer porque su mente piensa en su fallecida esposa?
miércoles, 26 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: El agente topo (Competencia Documental)
A
la mitad de este documental chileno, cualquier gesto de cine negro se frustra y
se abre al cuadro dramático. Sucede que Sergio comienza a faltar cada vez más
seguido contra el mandamiento de “no hacerlo personal”. El aspirante a agente
ha comenzado a simpatizar con el escenario y sus actores, como el Keanu Reeves
de Point Break (1991), quien comienza
a sentirse parte de un grupo de surfistas, sospechosos de ser ladrones de
bancos. Caso Reeves, nace en él un perfil oculto, el de vivir al extremo. Caso
en Sergio, el reconocimiento hacia este grupo de desconocidos es más inmediato
y emocional. Para este detective no es difícil fingir ponerse en las pantuflas
de estas personas de ochenta o noventa años. El agente topo es un sentido registro a la ancianidad, el valor de
la compañía para un grupo de ancianos no privilegiados. Su ingreso provisional
al retiro para Sergio es una introducción a un mundo familiar, pero con un
rasgo desconocido, pues en su rutina él sí goza de la compañía familiar, eso
que es carente en el grupo de abuelitos y abuelitas que van revelando sus
testimonios o forzando sus memorias. En reacción, Sergio, más que un infiltrado,
se convierte en un socio de esta logia.
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