miércoles, 26 de agosto de 2020

24 Festival de Lima: El cuidado de los otros (Competencia Ficción)

Una película que crispa a causa de la ansiedad de su protagonista. La tranquilidad de Luisa (Sofía Gala) se ha comenzado a venir abajo desde que el pequeño a su cuidado ingresó a clínica luego de un descuido de su parte. El filme de Mariano González relata la historia de una enfrenta únicamente registrada desde un lado. Como si se tratara de alguna película de los hermanos Dardenne, la cámara se adhiere a la protagonista para registrar sus acciones, en gran parte, poco trascendentales, con el fin de atender a su vulnerabilidad emocional y a un hecho puntual. Es también un derrotero que estimula una alarma ética. ¿Es acaso un acto de negligencia o una cadena de ligeros infortunios el caso de Luisa? El relato no lo expresa, sin embargo, estamos seguros que la joven está bloqueada por un debate moral. No se sabe a ciencia cierta si la mujer reconoce los hechos como un acto de negligencia o algo fruto de la casualidad. Lo que sí es seguro es que Luisa asume la postura de los padres del niño afectado como un indicio de que su situación pasará a mayores.

González se las ingenia para restringir la presencia de los padres del menor. Este acto es el gran estimulante de la incertidumbre de la protagonista, quien no tiene idea a lo que está enfrentando. Ahora, además de ella, existe otra víctima, siendo su caso más conmovedor que el de la misma cuidadora. El cuidado de los otros (2019) presenta una capa más de complejidad con la presencia –en un segundo plano– de Miguel, novio de Luisa, interpretado por el mismo director, quien no solo se vio implicado en el incidente, sino que indirectamente fue el promotor del mismo. Lo curioso es que Miguel también cumplía una labor de “cuidador”, el de su novia. Es un gesto que lo ennoblece, tanto como su rutina de hombre correcto que el director descubre estratégicamente para provocar la compasión. Mariano González relata la historia de estos dos cuidadores correctos cargando una culpa que en términos específicos podrían liberarse de la misma, pero no es tan fácil cuando la otra parte no está emocionalmente preparada para evaluar la defensa de los acusados. En El cuidado de los otros vemos a personajes teniendo emociones en primer plano (Luisa), en segundo plano (Miguel) y fuera de campo (los padres).

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