Mi lista de las mejores películas que vi en este año, originalmente publicadas en Páginas del diario de Satán. Agrego breves reseñas o notas a las películas que no fueron comentadas en el blog. Son tres listas según la plataforma o modalidad en que fueron vistas, y una cuarta que pertenecen a películas de años pasados (fue de lejos la lista más complicada para armar). ¿Por qué sumar una lista de películas antiguas? Por revalorarlas, por (re)descubrir, por provocar pasión, y porque ahí se revelan en gran proporción las mejores películas que vi en este año. Cada una fue ordenada según las fui viendo.
Estrenos comerciales
El engaño del siglo o
The program (Stephen Frears, 2015).- biopic
que no cae ante la tentación de lo argumentativo. Frears rehúye, por ejemplo, a
la extensión dramática o para cuando “debería” alzar un show amarillista, y en
su lugar se enfoca ante lo medular, inclinado al semblante épico que se remonta
al esquema de tragedia clásica, a propósito del ascenso y descenso de Lance
Amstrong, ciclista que pasó de ser gurú de autoayuda a un fraude. Es además una
impecable interpretación de Ben Foster, un negado de los premios para ese año.
*Solos (Joanna
Lombardi, 2015) y Videofilia (Juan Daniel F. Molero, 2015) estuvieron elegidas
en mi lista del año pasado.
Festivales y muestras locales
Circuito alternativo
45 years (Andrew
Haigh, 2015).- apasionante melodrama sobre una larga relación de esposos en pie
a una fractura sentimental. En su historia un hombre recuerda y, en tanto, una
mujer se ve reemplazada por esa misma ausencia. Ambos reprimen, fuerzan sus
rutinas y están prontos a explotar. Haigh tiene delicadeza para interiorizar a
sus personajes al representar un drama de expresiones, miradas que disimulan y
comentarios intrascendentes que encubren el dolor y el despecho. Dos personajes
y un fantasma montan un emotivo triángulo amoroso.
The greasy strangler
(Jim Hosking, 2016).- como las películas realizadas por Frank Henenlotter o las
producidas por Troma Films, esta se disfruta en base a su lógica burda alineada
a una conducta extravagante propia del explotation.
Hosking nos introduce a un mundo de personajes entre patéticos (que recuerdan a
los inicios de Jared Hess) y grotescos, acciones que cruzan el límite de lo
absurdo y, en ocasiones, parecen fruto de una catarsis improvisada, una banda sonora
maniática y un monstruo sacado de alguna fantasía suburbial perversa.
Green room (Jeremy
Saulnier, 2015).- nuevamente Saulnier emprende una película dotada de un
ambiente asfixiante, colores sórdidos y conflictos enérgicos. Como en las
películas de terror, un grupo de jóvenes serán hostigados por un colectivo
sádico, a consecuencia de un lío ajeno. Aquí el encierro es curioso; amplía sus
límites para luego tomar su forma inicial. Hay una dinámica de la agitación y
el agrietamiento de la esperanza a sobrevivir. Es un correrío en continuo clímax
que abre a su paso violencia y ninguna lección.
Sunset song (Terence
Davies, 2015).- Davies es fiel a sus constantes estéticas y argumentales. Un
drama de época dividido en tres partes. La primera es la áspera y estricta
educación paternal que inculca a los hijos resentimiento y precocidad ante la
vida. La segunda es una etapa tan ilusoria como efímera, momento en que los
recuerdos del ayer dormitan. La tercera es el despertar de los miedos, el padre
(representado por la monarquía) que nuevamente ordena y convierte en desdicha todo
lo que toca. Crítica al patriarcado histórico; es lo novedoso del director.
10 películas no recientes vistas por primera vez
The clock (Vincente
Minneli, 1945).- el Before sunrise
(1995) en tiempos del capitalismo en
ascenso.
El hijo único
(Yasujiro Ozu, 1936).- la abnegación, la gratitud y más gestos humanitarios.
Todo parece perfecto, pero no lo es.
Satán triunfante
(Yakov Protazanov, 1917).- Satán visita y siembra la demencia. Así incompleta, fascinante.
Ghostwatch (Lesley
Manning, 1992).- una cita en vivo con un poltergeist. La semilla de El conjuro 2.
La residencia (Narciso
Ibáñez Serrador, 1969).- lolitas, una madre y un Peeping Tom. Muerte y
represión sexual en un internado.
Arroz amargo (Giuseppe
De Santis, 1949).- una rivalidad, una escena enlodada de fantasía sexual, las piernas y el
baile de Silvana Mangano.
La golondrina cautiva
(Douglas Sirk, 1937).- además de un melodrama, un película sobre la
honorabilidad.