La biografía de Eleanor Marx (Romola Garai), por un lado, nos va definiendo el panorama del ejercicio socialista de por aquel entonces y, por otro lado, nos dispone un melodrama, a propósito de su tortuosa relación con Edward Aveling (Patrick Kennedy), también militante de la misma causa política. Ahora, no es gratuito que Miss Marx (2020) inicie con el funeral de Karl Marx, específicamente, mediante la apertura de un discurso declamado por la menor de sus hijas en donde hace memoria del amor leal que su padre tuvo hacia su madre —atención a ese detalle—. Se podría decir que a partir de dicho acontecimiento se irá percibiendo la disolución de ciertas fantasías que envolvían tanto a la imagen del pensador como a su propio pensamiento. La directora Susanna Nicchiarelli hace un resumen puntual e intensivo de situaciones generales que acontecen en la vida de su protagonista. Se podría decir incluso que pasa por alto ciertos instantes cruciales que bien enaltecerían la figura punk de Eleanor. La idea de esta historia es más bien percibir esos puntos “muertos”, instantes en el cual la activista comienza a percibir esas falencias y contradicciones que surgen desde el escenario de la lucha de clases, así como desde su escenario íntimo. De pronto, es difícil ser una militante socialista.
lunes, 15 de noviembre de 2021
7 Semana del Cine ULima: Miss Marx
Miss Marx es la historia de una mujer
desencantándose con las fórmulas de la causa política que han pasado por alto
la opresión de género. Vemos de esa manera a Eleanor cuestionando la práctica y
de paso reconociéndose como una víctima de esa dominación —que de paso consiente—.
Es a propósito de esos desencuentros aparentemente intrascendentes que la mujer
irá construyendo un vínculo entre el socialismo y el feminismo. Históricamente,
mucho de ello tiene que ver con el hecho de que por entonces estaba asentada en
Londres, palestra de las luchas feministas que iban en búsqueda del derecho al
voto femenino. Dentro de esta ficción, esa concientización se suscita más bien
a raíz de su convivencia con Aveling, quien a su vez le recuerda a la
personalidad dominante y obstructora de su padre. Suma además la relación que
tiene Eleanor con otras mujeres, también víctimas de la opresión masculina tan
asimilada. Susanna Nicchiarelli se inclina por un relato en donde la militante
hace una autocrítica, desde su posición socialista y su posición como mujer, y
es a raíz de ese debate que va brotando las raíces de una nueva vertiente del
pensamiento. Miss Marx relata los primeros pasos de una postura teórica,
el feminismo socialista, la que, ciertamente, todavía su misma promotora no
está acondicionada para ponerla en práctica producto de que ella es síntoma de
una época arraigada al machismo.
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