Tres adolescentes
guatemaltecos irán en busca de suerte a EEUU. Durante su recorrido coincidirán
con un indígena de su misma edad, además de un centenar de personajes naturales
de países vecinos, al igual que ellos, en busca de una mejor calidad de vida. La jaula de oro (2013), ópera prima de
Diego Quemada-Diez, en inicio da la impresión de descubrir un viaje de aventura
adolescente, mas es en lugar de eso un viaje al terreno del desencanto, algo
que se pronuncia desde la mirada de este grupo aún inocente e ignorante de una
realidad crítica, desde su normativa social hasta la insurgente.
En el camino
serán presas de la injusticia y el abuso, mas en paralelo, serán cobijados y
alimentados por una población que se mantiene unida y pendiente a la caridad de
la gran comunidad. La jaula de oro es
de un espíritu realista, construido bajo las temáticas de la amistad, el
reconocimiento al “otro”, la inmigración y la crisis social. Salvo la mirada de
un grupo de menores, el filme contempla lo que ya se ha visto anteriormente en Norteado (2009) o Sin nombre (2009), películas pertenecientes también al cine
mexicano. Es además la frecuente sucesión de eventos desafortunados la que la
vuelve redundante, incluso repitiendo similares situaciones.
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