Radu Jude codirige un documental que complementa a su película La nación muerta (2017). A estas alturas el director de origen rumano se ha convertido en un importante autor comprometido con la memoria de su país, y no solo en referencia a lo acontecido durante el Holocausto, sino también a la temporada de la ocupación comunista en su país, tal como lo grafica en su reciente e interesante Uppercase Print (2020). Jude junto con Adrian Cioflanca emprenden una recolección de testimonios, declaraciones y registros de los deudos de la masacre contra la comunidad judía que se desató el 29 de junio de 1941. El documental consta del dictado íntegro de estos pronunciamientos, en su mayoría, procedentes de mujeres que perdieron a su familia entera, muchas de estas agregando además las consecuencias de esta tragedia. A pesar de la amplia recopilación de voces, muchas de estas parecen remedarse entre sí.
El común de varios de estos casos es la aniquilación inmediata. Los “Trenes de la muerte” en donde eran transportados todos los detenidos eran equivalente a las cámaras de gas. Era seguro que los verdugos esperaban que al último paradero ninguno saliera con vida. The Exit of the Trains (2020) es un documental duro. Todo su trayecto está compuesto por el dolor, la frustración y la miseria que desató el genocidio. Lo cierto es que no dejo de asumir que hasta cierto punto se reducirá la sensibilidad del espectador a propósito del remedo, esto incluso a pesar de que la primera voz es tan trágica como la última. ¿Es que acaso los directores asumen que el efecto de la “repetición” es una vía efectiva que logra calar la conciencia o es que simplemente no encontraron otra manera de reproducir todas las fuentes obtenidas?
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