miércoles, 22 de febrero de 2012

Tan fuerte, tan cerca

Actualmente, son pocas las películas que hablan sobre la tragedia del 9/11. En lugar de esto, existen muchas películas que se sirven del 9/11 para hablar sobre cualquier otro drama. Tan fuerte, tan cerca (2011) es una de ellas. Oskar Schell (Thomas Horn) es un niño precoz –índigo, excéntrico, científico –que ha perdido a su padre en el fatídico atentado al World Trade Center. Tiempo después, Oskar hallará un vestigio que lo ha obsesionado. Una posible pista olvidada por su progenitor que para Oskar significará la incesante búsqueda que lo llevará al último recado de su padre extraviado, pero no extinto en la mente del solitario niño. Stephen Daldry define una película donde lo emotivo y cursi fluye por todos los espacios. Un drama saturado de guiños y personajes que buscan respuestas, que sosiegan sus penas y curan sus males.

El director Stephen Daldry encuentra su primer tropiezo luego de realizar tres películas que, de igualmente forma, se evocan al drama aunque en óptimas condiciones. Billy Elliot (2000) es posiblemente su mejor película. Un filme que sugería las penalidades de un joven que transgredía contra el espíritu machista embarrado en la Irlanda a inicio de los ochenta, orgullosa y ofuscada frente al ámbito laboral-político. A este le siguió Los horas (2002) que separaba los dramas coyunturales de tres mujeres de distintas épocas. El lector (2008) era la historia de dos amantes que truncaron su amor y que años después se reencuentran en bandos distintos. Las historias de Daldry sugieren el drama a partir de su misma historia y de su propio contexto, muy a diferencia de Tan fuerte, tan cerca que es la construcción del drama ofuscado por la multitud de personajes que gimen una tragedia que no será igual de bizarra como la de Oskar, pero sin embargo son sus tragedias. Daldry ajusta y amontona tanta personalidad en el personaje del menor que hostiga cada que está quieto o en movimiento, presumiendo su parlamento controlador o agitando un pandero a modo de coraza, lleno de muletillas faciales y gestos histéricos.

Si bien existe un gran desenvolvimiento en la actuación de Thomas Horn, es la redundancia de sus comportamientos de niño agitado las que terminan por derribarlo. Max Von Sydow, interpretando a un solitario y enmudecido habitante de un edificio, está nominado como Mejor Actor de Reparto. Por qué, me imagino que algo tiene que ver con El artista (2011) –también candidato al mayor premio –que al igual que el personaje de Von Sydow todos sus protagonistas también son “mudos” – curioso que en la película de Daldry al igual que en Hugo, también el personaje pequeño tenga una llave de amuleto –. Pero lo más seguro es porque al Oscar no le gusta que un nominado a Mejor Película aspire a una sola estatuilla; es decir, la otra nominación es gratuita. Tan fuerte, tan cerca es tan pretenciosa como Oskar y como el Oscar. Sí se les ve es por pura costumbre, tanto al drama como al espectáculo.

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