sábado, 9 de agosto de 2014

18 Festival de Lima: Refugiado (Sección Oficial de Ficción)

Distinta y menos atractiva a la sugerente La mirada invisible (2010), la última película de Diego Lerman está inclinada a una contemplación más objetiva. Refugiado (2014) narra la historia de Matías (Sebastián Molinaro), un niño que tendrá que peregrinar de lugar en lugar junto a su madre, luego de que esta última fuera víctima de un abuso doméstico. Es el tema de la violencia familiar vista desde del infante. En medio de su rutina lúdica, Matías tendrá que convivir con los estragos del maltrato manifiestos en la aflicción de una madre aquejada y medrosa. La película desde principio busca provocar al momento de exponer a la inocencia en un lío de adultos. 
Es el cambio emocional brusco que por ejemplo se revela cada vez que el juego se suspende a fin de consolar a la mamá, como también es la misma huída frenética del acoso del padre, uno que por cierto se asoma difuso o mediante una voz que susurra suplicante. Lerman crea a un verdugo al acecho motivando el pánico a través de la banda sonora que figura un estado espeluznante, el celular que no deja de timbrar, un ramo de flores abandonado en el despacho de un hotel (lo que insinúa la vigilancia del “cazador”), el movimiento de cámara que contagia el espanto. Refugiado parece asumir los recursos de una película de terror. Una escena a valorar: el escape en las laberínticas entrañas de un monoblock.

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