martes, 13 de junio de 2017

VIII Al Este de Lima: No es el momento de mi vida

Película en un solo escenario y un constante diálogo, sobre familiares en un estado de conflicto, pero que no dejan de abrazar la concordia. A diferencia de un filme como Celebración (1998), de Thomas Vinterberg, en esta película húngara las ofensas y resentimientos entre parientes son reparables, a consecuencia de una docilidad innata de cada uno de los presentes. No es el momento de mi vida (2016) luce como una reunión de infantes, peleando y luego olvidando las duras palabras que pronunciaron o les lanzaron, para después volver a la carga. Desde la llegada inesperada de la hermana mayor, el director Szabolcs Hajdu parece apuntar a lo impredecible.
No habrá, por lo tanto, un punto cumbre o marca que sea quiebre emocional en la historia o en sus personajes. Ni si quiera sucederá la aparición de un personaje medular, que se avistaba como la llegada de ese que desataría el gran clímax. Hajdu no solo frustra las expectativas, sino que desconcierta. De pronto el drama parecía no ser tan severo, o es que los personajes son muy exagerados al manifestar sus sentimientos o muy complacientes al dejar pasar ciertos comportamientos. No es el momento de mi vida no deja de provocar también mirada de una adultez inconsecuente, mientras tanto, generaciones tempranas lucen más agudas, concientizan, son precoces.  

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