El director de Atlantis (2019) una vez más nos refiere a una realidad distópica en su última película. De pronto, el imaginar un futuro hipotético se ha convertido para Valentyn Vasyanovych en una necesidad para tomar conciencia de lo irreparable. To The Victory (2025) nos lleva a una Ucrania de la posguerra. Ahí todavía la vida marcha; sin embargo, hay evidencia de lo baldío y el abandono. Mucha gente ha decidido migrar hacia otras zonas de Europa o lo viene haciendo. En ese escenario es que vemos la historia de un director de cine y su pequeño equipo realizando una película que logre describir el drama personal que les toca vivir a los que han decidido quedarse. Así como en Atlantis, esta es una película que no tiene interés absoluto por imaginarse quién ganó la guerra. La idea es pensar en la pérdida o el trauma. Ante esa búsqueda, el fondo central de las dos películas acuerda que Ucrania está devastada y eso ha generado un impacto emocional tremendo en los sobrevivientes. ¿Cómo sobrevivir a ello o de qué aferrarse para resistir? He ahí la gran incógnita de Vasyanovych. To The Victory es una confrontación a los miedos que ya se han venido percibiendo desde el inicio de la guerra y que próximamente llevará a la comunidad ucraniana a reconocer una fractura emocional irreparable.
domingo, 7 de septiembre de 2025
TIFF 25: To The Victory (Platform)
lunes, 11 de agosto de 2025
29 Festival de Lima: Sentimental Value (Aclamadas)
Ciertamente, mucho aliento al cine de Ingmar Bergman se percibe en la reciente película de Joachim Trier. En películas como Fresas salvajes (1957) o Gritos y susurros (1972), el director sueco creaba un fuerte contraste dramático al contarnos historias que giraban en torno a los resentimientos familiares y la nostalgia. Por un lado, veíamos a sus protagonistas cediendo a una crisis existencial fruto de la soledad o la proximidad de la muerte. Por otro lado, veíamos a estos mismos no dejando de abrazar los recuerdos más entrañables que acontecieron en los ámbitos de su terruño en donde curiosamente nació el dolor. Aunque ligeramente alejado de la histeria, esto también acontece en Sentimental Value (2025), a propósito de la frágil relación que tiene un padre hacia sus dos hijas. Nora (Renate Reinsve) y Agnes (Inga Ibsdotter Lilleaas) son dos hermanas que guardan resentimiento a Gustav Borg (Stellan Skarsgård), en especial la primera. No es gratuito que Nora sea actriz y Agnes una historiadora académica. Se podría decir que el oficio de cada hermana responde al nivel de temple que tiene cada una para confrontar los achaques del pasado, aquel en donde sufrieron el abandono de un padre y fueron testigos de la posterior agonía de una madre azotada por una enfermedad crónica. Una hija es más endeble al recuerdo, mientras que la otra es más inmune. El asunto es que ambas no dejan de abrazar esa memoria, el dolor que a su vez reconocen como un “valor sentimiental” que trascendió en el hogar en donde crecieron.
martes, 18 de febrero de 2025
75 Berlinale: El mensaje (Competition)
Lo nuevo de Iván Fund sigue la línea de lo que ha venido realizando recientemente. El director argentino nos adentra a un nuevo retrato sobre el estado de embargo auxiliado por un gesto canalizado de manera misteriosa. El mensaje (2025) nos cuenta la historia de una caravana emprendida por tres personajes. Anika (Anika Bootz) es una niña médium que tiene la capacidad de conectarse con los animales fallecidos. En tanto, sus tíos serán los encargados de aprovechar ese talento. El trío viajará por distintos lares atendiendo a familias en estado de duelo. La canalización de un mensaje como consuelo para personas sufrientes. La sola premisa pareciese ya cumplir con esa búsqueda del director. El hecho es que Fund no tiene intención de hacer un foco a los efectos de la labor de la niña hacia sus adeptos. La veremos sí haciendo lo que sabe, más Fund no se detendrá a contemplar los signos de alivio o reparación. Y no es porque no sucedan, sino que la misma historia no nos lo hace saber. Significativo que, a final de cada sesión psíquica, el siguiente paso, que supone debería ser el del cliente satisfecho, hay un corte que nos lleva a la transacción monetaria. Fund, a conciencia, banaliza el don de la niña al reafirmar una y otra vez que estamos ante una labor medida por su valor monetario y no tanto por su valor benefactor.
viernes, 14 de febrero de 2025
75 Berlinale: The Good Sister (Panorama)
El dilema moral de Rose (Marie Bloching) es efecto de su férreo vínculo hacia su hermano mayor. The Good Sister (2025) relata la historia de una mujer asediada por el remordimiento. La cuestión es: ¿acusar o ser cómplice? La ópera prima de Sarah Miro Fischer nos presenta a una protagonista que a principio figura ser la “oveja negra” de la familia, cuando después un acontecimiento bien podría perfilarse como su momento de redención. El asunto es que esa misma implicaría un costo. Esta película invoca un problema social cada vez más concientizado. No solo son tiempos de valor para denunciar, sino también instantes en que la autocrítica está germinando. Esa es la pauta que percibo de esta historia, en donde Rose parece haber tomado su “decisión”, pero entonces su conciencia o mismo entorno la empujan a reflexionar. El goteo de un caño descompuesto, así como el agrietamiento de una pared provocada por la avería, resulta simbólico o una señal de que todo daño precisa una reparación. Pero a este debate interno se enfrenta el amor fraternal. Muy importante son los antecedentes al conflicto. Rose siendo acogida por su hermano, protector y defensor de su imagen cuestionable.
lunes, 11 de noviembre de 2024
10 Semana del Cine ULima: La semilla del fruto sagrado
A lo largo de su filmografía, el director Mohammad Rasoulof ha sido un mordaz crítico al régimen islámico en Irán. En adición, fue con su película There Is No Evil (2020), ganadora del Oso de Oro del festival de Berlín, que prestó una especial atención a las condenas por pena de muerte en su país. En dicha película, ese tema será motivo para representar distintos relatos a manera de episodios sobre personas inmersas en un conflicto moral. Sus personajes son los sujetos empujados a ser cómplices o hasta ejecutores de esas sentencias dictadas de forma arbitraria, prueba de que la Irán actual está bajo el yugo de un Estado que corrompe, oprime, amenaza y además es causante de una diversidad de crímenes de lesa humanidad. La semilla del fruto sagrado (2024) podría asumirse como un nuevo episodio de There Is No Evil, uno extenso y argumentalmente complejo. Iman (Missagh Zareh), padre de familia y fiel empleado de un juzgado estatal, acaba de ascender a un cargo clave que podría ayudarlo a convertirse en juez. Serían muy buenas noticias de no ser porque su nuevo puesto implica una obligación oficial que escapa de su evaluación personal. Nuevamente, el tema de la pena de muerte es centro del conflicto en una película de Rasoulof, el hecho es que el autor se las ingenia para invocar en su trayecto otros conflictos y efectos que son comunes y alarmantes en la actual Irán.
Ahora, de hecho La semilla del fruto sagrado es la historia de Iman y su familia. Entonces, mientras vemos al padre de familia reaccionando en las oficinas del juzgado, vamos viendo también a su esposa y dos hijas creando sus propias acciones y reacciones en casa. Llegará a un punto en que ambos escenarios no se diferenciarán el uno del otro. De pronto, la opresión y la corrupción a la que están sometidos los empleados en los espacios estatales se replica en los hogares, o al menos en las casas en donde los cabezas de familia son obedientes empleados del Estado, difusores de una ideología teocrática islámica, la que incluye decidir cómo una mujer debe vestir hasta castigar o desaparecer físicamente a cualquiera que esté en contra de sus normativas. Es así como va tomando forma una película con muchos actos, consecuencias y agravamientos, una dinámica que, ciertamente, no se define tanto en el escenario estatal u oficinas del juzgado, pero sí en el escenario íntimo familiar, lugar en donde la moral batalla porque todavía no ha sido anulada por la instrucción e intimidación. En el hogar de Iman, vemos a personajes resistiéndose a no ser subyugados por una autoridad abusiva, irracional y que se niega a cualquier acto de consenso o diálogo. La casa familiar parece una réplica al tercer escenario de la película: el espacio público o las protestas ciudadanas que acontecen en ese presente.
jueves, 7 de noviembre de 2024
10 Semana del Cine ULima: El reino
El principio de la ópera prima de Julien Colonna parece describirnos que estamos ante una coming of age. Lesia (Ghjuvanna Benedetti) es una adolescente que disfruta sus últimos días de vacaciones antes de retornar a la escuela. Las fiestas, las visitas a la playa y el descubrimiento sexual forman parte de su calendario diario. Esta agenda se cancelará abruptamente para cuando una moto la recoja sin previo aviso y la traslade a pasar unos días con un padre en estado de clandestinidad. El reino (2024) es la historia de una joven reconociendo un escenario que contrasta con las demandas de una chica de su edad. Muy a pesar, lo que veremos no deja de responder a la realidad en donde reposa su linaje, una feroz tradición a la que capaz la protagonista se adapta con naturalidad. De ahí los primeros minutos de la película, secuencia que además de augurar el sino de Lesia, puede ser interpretado como una suerte de ritual de iniciación al mundo de la camorra. Esto es importante si es que lo comparamos con una frase recurrente que pronuncia la muchacha cada que empuña un rifle de caza. Este es un relato sobre la corrupción, el ver o hacer cosas que tal vez no quieres, pero es necesario hacerlas porque los “tuyos” lo hacen. Estamos ante un entorno sostenido por un adiestramiento insidioso y progresivo que habitualmente no expone otras alternativas. Queda entonces ceder o asistir a la conciencia moral a fin de cuestionar el alrededor.
lunes, 23 de septiembre de 2024
72 San Sebastián: My Eternal Summer (New Directors)
La fantasía de las vacaciones de verano se diluye en esta emotiva ópera prima. Una familia de a tres decide pasar la época veraniega en su casa de campo, tal vez la última para uno de sus miembros. Dirigido por Sylvia Le Fanu, My Eternal Summer (2024) nos cuenta la historia de unas personas despidiéndose de un ser querido. La naturaleza soleada de un escenario danés se convertirá en fondo de un advenimiento trágico, eventualidad que, ciertamente, un padre y una hija no enfrentarán de la misma manera. Estos tendrán que seguir y fingir con un programa de ocio mientras son testigos de cómo la enfermedad consume a uno de los suyos. La esposa y madre parece aproximarse a sus últimos días de vida. Le Fanu se inspira de los relatos sobre retiros. La huida a un espacio idealizado interpretado como un paliativo que pudiese persuadir el dolor, no físico, sino emocional, tanto del aquejado como de los celadores. Ahí están algunos clásicos de Ingmar Bergman, tales como Persona (1966) o Gritos y susurros (1972). Pero por encima de ello, la directora se inspira en una coming of age, a propósito de su doliente protagonista. Fanny (Kaya Toft Loholt), la adolescente y única hija de la familia, será foco de este drama en donde veremos a este personaje entrando en conflicto con las emociones propias de una chica de su edad y la impotencia ante el anuncio de un próximo duelo.
sábado, 7 de septiembre de 2024
TIFF 24: Polvo serán (Platform)
Una mirada atípica al tema del suicidio asistido. Claudia (Ángela Molina) está desahuciada, así que ha decidido adelantar su muerte en un próximo viaje a Suiza. Ante esa decisión, Flavio (Alfredo Castro), su devoto marido, está dispuesto a acompañarla. A propósito de esta premisa, Polvo serán (2024) podría ser un drama lacrimógeno. El hecho es que desde su primera secuencia queda claro hacia dónde apunta la nueva película del español Carlos Marqués-Marcet. Pienso en una película como Lina de Lima (2019), de María Paz González. La típica historia de una mujer inmigrante lidiando con el día a día se ve representado de forma jubilosa y hasta celebratoria, ello consecuencia de que intercala la dramática rutina de su protagonista con secuencias de canto y baile. Este concepto se ve replicar en Polvo serán. La película abre con una situación familiar nerviosa, aparatosa, confusa. Entonces ingresa a escena una comitiva con destino a auxiliar. La cosa se pone más confusa, aunque esta vez en un sentido juguetón. Marqués-Marcet, más que inspirarse del género musical, se inspira de las artes performativas para liberar la tensión dramática, un método que, en efecto, transgrede las convenciones propias del tema central en cuestión. Sin duda acá habrá muerte, pero de alguna manera los argumentos expuestos nos alistarán a asimilar esa consumación.
TIFF 24: Seven Days (Centrepiece)
Sacrificar una vida normal por una causa política. Para Maryam (Vishka Asayesh), este es un discernimiento que va más allá de los idealismos. Ella ha sido una militante enérgica por años. Saldo de ello, ha tenido que enfrentar la cárcel y distanciarse de su familia por seis años, sin contar el largo tiempo de intimidación por parte de un régimen estatal. Su lucha, en tanto, no se reduce a una simpatía o romanticismo político, sino una demanda social urgente: denunciar el ultraje de los derechos humanos en Irán. Seven Days (2024), en cierta perspectiva, es el foco a una proeza e inmolación individual que debería servir de modelo para toda una nación. Estamos hablando de un compromiso que compete y afecta a muchos. En ese sentido, tal vez ese sacrificio que hace Maryam tenga un valor más significativo que el asegurar la funcionalidad de su familia. ¿Pero en realidad es así? El director Ali Samadi Ahadi nos cuenta una historia que descubre un razonamiento ambiguo. Su conflicto se reconoce a partir de la obstinación de una mujer que no quiere reducir el radio de su intervención política con viras a generar un cambio social. El hecho es que esto implica un daño colateral y quien sabe irreversible. Y que es del otro lado su familia se priva de su presencia, cariños, educación y momentos claves en la vida de los hijos. Maryam ha limitado al mínimo su rol de madre para ser una activista política a tiempo completo, y así tenga la oportunidad de reconsiderar una vida normal, ella seguirá eligiendo la lucha política.
domingo, 1 de septiembre de 2024
Venezia 81: Familia (Orizzonti)
La violencia doméstica como tema central de esta película italiana basada en hechos reales. Familia (2024) relata la historia de un padre intimidante, agresivo e incorregible. El director Francesco Costabile nos introduce a esta historia desde la perspectiva de Luigi (Francesco Gheghi), uno de los dos hijos que capaz tenga poco o mucho de la personalidad del padre. La película se abre a partir de la infancia de los niños y luego hará una elipsis hasta cuando los menores ya son adultos de veinte años. En ese tránsito, los primogénitos han sido testigos de las barbaridades del patriarca y, en consecuencia, tuvieron que vivir gran parte de sus vidas separados del mismo. En cierta perspectiva, podría hacerse una lectura comparada de esta película con una slasher. Tenemos pues a un grupo de personas que sobrevive al ataque de un monstruo. Años después, la maldición está por repetirse. El “mal” retornará no sin antes merodear, medir el pulso de sus víctimas, asegurarse de que están con la guardia baja para así extender nuevamente el terror dentro del espacio íntimo. Siguiendo con ese subgénero, hay algo de absurdo en este tipo de relatos. Pasa que los personajes, sea porque lo vivieron en carne propia o lo escucharon, saben que el ser maligno no muere y bien podría retornar. El hecho es que hasta cierto punto esas mismas personas deciden obviar la advertencia del vaticinio. Simplemente subestiman al monstruo. El saldo será una nueva masacre. Familia es como una slasher, aunque sin el clima, más realista y dándole más desarrollo al “héroe”.
jueves, 29 de agosto de 2024
Venezia 81: Quiet Life (Orizzonti)
Aunque parezca una idea sacada de algún libro de ciencia ficción, el Síndrome de la Resignación es tan absurdamente real como lo fue la “superada”, pero todavía increíble, Pandemia del COVID-19. Repentinamente, niños se desmayan y quedan en un estado similar al coma o vegetal. Es el síntoma de un trauma que radica de un entorno familiar en crisis. Tal es el nivel de estrés de algunos niños dentro de ese ámbito que sus cuerpos deciden caer en un sueño profundo a modo de ponerse a salvo de su realidad. La única cura es el reposo, la tranquilidad, el aligeramiento de la fatiga anímica. En tanto, pueden pasar semanas, meses o hasta años para que el menor despierte de su letargo. Quiet Life (2024), dirigido por Alexandros Avranas, se inspira en los tantos casos de este rarísimo síndrome que nació en Suecia, país que una década atrás se internacionalizó como el promotor del sistema educativo por excelencia, pero que, en contraste, a propósito de los protocolos de su sistema migratorio, nació y, posteriormente, se extendió una colonia de menores cumpliendo una fase de soponcio. En la historia de esta película, tenemos a una familia de refugiados rusos aplicando para el asilo en Suecia. A primera vista, los rostros, la fisionomía e incluso la modulación de voz de estos protagonistas está definido por un rasgo rígido y patológico. Es una representación que el director ya había adoptado en su ópera prima Miss Violencia (2013) y que puede percibirse también en Canino (2009), de Yorgos Lanthimos, películas en donde la sobriedad y el aire deprimente de los personajes combina con la neutralidad vacua de los escenarios y la fotografía.
viernes, 9 de agosto de 2024
28 Festival de Lima: El archivo bastardo (Competencia Latinoamericana Documental)
Un retrato íntimo y sincero es el que nos dispone la directora Marianela Vega. Ya antes en su cortometraje Conversaciones II (2007) nos adelantó algo de su entorno familiar. En ese vemos a tres generaciones distintas intentando definir sus roles como mujeres. La maternidad y el matrimonio eran temas expuestos por la abuela y la madre a partir de sus testimonios. En tanto, la directora incentivaba a remover la memoria de sus protagonistas. Por su parte, en El archivo bastardo (2024), Vega nuevamente hace referencia a la familia, aunque esta vez haciendo un acercamiento especial a la figura paterna, apenas referida en Conversaciones II. Si en el corto la figura materna era el centro de atención, esta vez el padre se convierte en foco del largo. Esta es la historia que hace remembranza a un patriarca que tuvo un antes y un después producto de un acontecimiento imprevisto, lo que a su vez significó la antesala a la fractura familiar de la directora. En principio, Vega se sirve de metrajes encontrados, grabaciones que hizo su padre antes de su acabose personal. El registro casero entendido como indicio o vestigio de una época feliz. “Mientras en el Perú había una crisis, nosotros vivíamos una fantasía”; apunta un intertítulo al inicio del documental como anticipando la próxima disolución de la etapa ilusoria para cuando la familia era feliz viajando o haciendo su propia película.
miércoles, 7 de agosto de 2024
28 Festival de Lima: Algo viejo, algo nuevo, algo prestado (Competencia Latinoamericana Ficción)
Existe un personaje tipo “invisible” frecuente en el cine de Martin Scorsese, uno que para el estreno de El irlandés (2019) fue expuesto por un juicio feminista. Me refiero a los hijos de los protagonistas mafiosos que exponen sus pecados tanto pública como domésticamente. Estos menores se convierten en observadores pasivos de acciones que no logran comprender del todo, sin embargo, saben que algo muy malo radica de sus figuras paternas. A estos pequeños los podemos ver en películas como Buenos muchachos (1990) o Casino (1995), casi siempre asomándome tímidamente desde sus habitaciones, algunos con lágrimas, atraídos por los gritos que llegan de la sala. Obviamente, estos no intervienen. Luego de eso capaz no se les vuelva a ver, salvo por el personaje de Anna Paquin en El irlandés, a quien sí la vemos en más de una ocasión. La observamos incluso crecer, y para entonces su versión adulta no precisará de alguna discusión conyugal para ser incluida dentro del encuadre. Reconocemos así a un personaje que deja de ser pasiva a propósito de su intromisión o curiosidad por saber más. Paquin invade el “espacio” del padre protagonizado por Robert De Niro. Ya no más quiere escuchar tras una puerta. Parece tener ese impulso por averiguar de primera mano la identidad del patriarca, una figura ausente y negligente. Ahora, veo a la protagonista de la nueva película de Hernán Rosselli y se me viene a la mente el personaje de Paquin.
jueves, 22 de febrero de 2024
74 Berlinale: Who Do I Belong To (Competition)
He aquí una película muy compleja, a propósito de las distintas referencias y situaciones que aluden a su título o interrogante. Esta es la historia de una familia tunecina en un escenario rural. El relato inicia con la celebración de una festividad comunitaria. En medio del júbilo colectivo, una madre sufre al enterarse que sus dos hijos mayores han marchado a un lugar que equivale a una condena física y moral. Es el tránsito del gozo a la consternación. A vista general, Who Do I Belong To (2024), ópera prima de Meryam Joobeur, representa el testimonio de una familia fracturada por los efectos de una guerra ideológica. Este es el caso de jóvenes persuadidos por un conflicto orientado por el fundamentalismo extremo y violento, lo que genera consecuencias que alcanzan a su círculo más íntimo. En principio, Joobeur se propone a realizar un drama en donde el vínculo familiar se pone a prueba. Vemos así a un padre y una madre lidiando ante esa realidad que les ha arrebatado a sus hijos y, en tanto, ambos reaccionarán de manera distinta. Ahora, lo importante aquí es entender que no existe una buena o mala reacción. Por un lado, es una manera de diversificar una muestra de amor, un sentimiento que no siempre se canalizará de forma romántica. Por otro lado, es un método para describir un comportamiento social. Es decir, este espacio rural reconocido como un contenedor de los complejos de una nación o cultura.
sábado, 17 de febrero de 2024
74 Berlinale: The Visitor (Panorama)
Érase una vez en un barrio moderno, una familia burguesa recibió la visita de un joven de aire mesiánico previamente anunciado por un excéntrico y algo amanerado ángel. Fue así cómo durante el transcurso de su estadía el forastero logró remover/componer las vidas superfluas e insignificantes de todos los miembros de ese clan burgués que hasta antes de su llegada parecían estar destinados al conformismo normalizado por las convenciones de la realidad moderna. Eso es lo que se representa en Teorema (1968), de Pier Paolo Pasolini, película que desacralizaba los códigos de la burguesía y el cristianismo dentro de un mismo discurso. Era una crítica contra las normativas que reprimían el estado primitivo de la naturaleza humana. Una reacción contra una condición que anulaba la libertad social, sexual, laboral o económica expresándose desde lo sugerente o lo alegórico, por ejemplo, mediante planos a la entrepierna del mesías protagonizado por Terence Stamp o los estigmas de una proletaria doméstica. Todo este argumento parece actualizarse en The Visitor (2024), película dirigida por el también irreverente Bruce LaBruce. El canadiense se establece en las cercanías del río Támesis. Sus orillas serán receptoras de maletas de viaje que engendran a hombres de color que presumen un físico fetiche en la filmografía del director de cine queer. Uno de esos individuos asumirá el rol de Stamp. O sea, irá a derivar al hogar de una familia inglesa pudiente y extravagante con el fin de crear una revolución sexual y existencial.
viernes, 6 de octubre de 2023
Hogar
Se estrena en salas independientes de Lima el documental Hogar, de Jano Burmester.
El cine como escenario de búsqueda se reconoce en Hogar (2022). En el trayecto de este documental, no solo veremos al director y protagonista recogiendo pedazos de su memoria. Es también una búsqueda a los recuerdos de sus familiares, lugares del pasado y el presente que no necesariamente compartió, los hermanos que nunca conoció e incluso hay un deseo por encontrar en ese proceso la valentía de confesar lo que le resulta inconfesable. Pero si bien es un retrato con múltiples exploraciones, todas estas evocaron de una única motivación personal. Jano Burmester inicia su indagación fílmica con un antecedente clave: el día en que de niño fue atropellado. Efecto de ese accidente, Burmester perdió parte significativa de su memoria, la cual fue recuperando parcialmente tras el pasar de los años. Inicia así su necesidad de juntar pedazos de él, y sus cercanos, porque escindido se siente. Tal vez algo de ello pueda servirle no tanto para recuperar esa memoria posiblemente irrecuperable, sino para componer una fractura emocional o hasta existencial que lo perturba. Pero a esto se antepone una dificultad, y es que el mismo Burmester parece no tener muy en claro qué o dónde buscar. Lo cierto es que precisa no aplazar más un proceso que ha quedado pendiente, pues siente además que su presente está a punto de tocar fondo, tanto física, anímica y mentalmente.
lunes, 25 de septiembre de 2023
71 San Sebastián: Un silence (Sección Oficial)
Desde su ópera prima Folie privée (2006), Joachim Lafosse ya se perfilaba como un director sensible a las tragedias familiares. Su habilidad para construir la crisis desde la contención dramática lo ha convertido en uno de los mejores realizadores en la actualidad, eso a pesar de verse opacado entre otros nombres de mayor difusión. Un silence (2023) atiende a esa atmósfera recurrente en su filmografía, pero además se inspira de una problemática social. Es decir; vincula la disputa íntima de sus protagonistas con un conflicto proveniente de una coyuntura social. La película inicia con una clara pauta: la rebeldía de Raphael (Matthieu Galoux). El hijo de un matrimonio ha sido acusado por algo muy serio. Lo que sigue es un flashback; los días previos a ese acontecimiento. Entonces es cuando Lafosse comienza a ir escatimando los datos que bien podrían justificar o inculpar el comportamiento del muchacho. El espectador se irá guiando por las expectativas o prejuicios. La negligencia paternal entra en escena. Es un punto de partida para analizar el problema; muy a pesar, es apenas la punta del iceberg. Lo que está a punto de descubrirse es un tipo de negligencia monumental. Revelado un secreto de familia, es que el drama familiar invade una preocupación que compete al escenario social. De ahí por qué la negligencia de los adultos amplía su magnitud.
lunes, 11 de septiembre de 2023
TIFF 23: Humanist Vampire Seeking Consenting Suicidal Person (TIFF Next Wave Selects)
He aquí una hermosa ironía. La vida vampírica de Sasha (Sara Montpetit) sería normal de no ser por un conflicto moral que de hecho atenta contra su naturaleza biológica: ella “sufre” de empatía hacia los humanos. Obviamente, esto la incapacita a atacar a su presa para succionarla, lo que equivaldría a morir de hambre. En efecto, todo vampiro fue humano y pueda que en algún punto de su inconsciente se albergue un rastro de compasión hacia la especie que le sirve de alimento. Ahora, la familia de Sasha se las ha ingeniado para que la hija pueda tomar su ración de sangre necesaria a fin de preservar su inmortalidad por décadas, siglos y así sucesivamente. Muy a pesar, ahí no queda zanjado el asunto. Ciertamente, hay una incomodidad en el aire. Esto tiene que ver con el peso de una tradición. Es importante concientizar dicha molestia para comprender a dónde quiere llegar la alegoría que Ariane Louis-Seize expone en su ópera prima. Lo que le afecta a Sasha es también el tradicionalismo. Su familia está preocupada por ella. No es que les acompleja el que otras familias de su abolengo hablen mal de su hija a sus espaldas. El problema -pues así lo definen- es que no es normal que una vampira de su edad siga tomando en “biberón” su sangre en lugar de succionarla desde el cuello de cualquier víctima como todo vampiro. Dicho esto, tenemos a una adolescente pensando diferente a su familia, la cual interpreta ese pensamiento como un signo de rebeldía. Este es el caso de una incomprendida.
viernes, 8 de septiembre de 2023
TIFF 23: A Road to a Village (Centrepiece)
Además de lidiar con su pequeño niño problemático, un matrimonio tendrá que hacer frente a los efectos del “desarrollo” comunitario. A Road to a Village (2023) inicia con la inauguración de un camino que lleva a la ciudad. Los habitantes de un pueblo ubicado en la región montañosa de Nepal reciben con ofrendas la llegada del primer autobús. Muy a pesar, lo que figuraba ser el principio de un crecimiento colectivo, se perfila de inmediato como un escenario que descubre y amplía la brecha económica. Maila (Dayahang Rai), padre de familia dedicado al tejido artesanal, se verá en aprietos ante la marea de retos que va disponiéndole ese nuevo cambio. La película del director Nabin Subba hubiera llamado la atención a un autor como Pier Paolo Pasolini. Desde su ópera prima Accattone (1961), el italiano anunciaba cómo las poblaciones más tradicionales se verían colapsadas ante la llegada de la modernidad a sus territorios. Claro que la idea de colapso para Pasolini no tenía que ver con un factor económico, sino ideológico y moral. El extender la rutina del consumismo y la industrialización a sociedades que se sostenían de creencias arcaicas era exponerlos a la depravación, la alienación y la disolución de sus rituales. Es decir; sería el principio de la desaparición de los rastros tradicionales. Esto se replica en esta historia a propósito del drama que padece una familia pobre.
miércoles, 6 de septiembre de 2023
Venezia 80: For Night Will Come (Orizzonti)
My Heart Can’t Beat Unless You Tell It To (2020), ópera prima de Jonathan Cuartas, es una de esas pocas buenas películas de terror que se asocia fuertemente con el drama para narrar una historia vampírica. Aquí el ser una criatura de la noche tiene una asociación igual de trágica y maldita al argumento clásico, solo que en lugar de asentarse en el terreno romántico se manifiesta en un terreno realista. Esa película relata la historia de dos hermanos haciéndose cargo del menor, la “oveja negra”, el maligno, el nacido vampiro por quien se sacrifican. Estamos hablando de un esclavismo muy distinto a la relación entre un Renfield y el conde Drácula. Aquí los guardianes de la criatura, se podría decir, son cautivos por compromiso personal. Ellos no están hipnotizados o a merced de una trampa mental. Estamos tratando con personas asistiendo al “amo” o hermano menor en atención al orden familiar o consanguíneo. Esa situación lo postra a un drama familiar. My Heart Can’t Beat Unless You Tell It To relata la historia de personas que tienen que cancelar su vida normal al estar supeditadas a las demandas del que nació con un estigma. Esto también sucede en En attendant la nuit (2023), solo que su directora no deja de abrazar ciertos patrones románticos. A pesar de que Céline Rouzet menciona su historia como “basada en un hecho real”, hay cierta sensiblería (en un buen sentido) en su historia lo que la aparta de un realismo.