viernes, 1 de junio de 2018

IX Festival Al Este: Pororoca

El “estilo rumano” expuesto en una drama que transita de lo familiar a lo individual. La desaparición (2017) relata la historia sobre la desaparición de la miembro menor de una familia, y las secuelas inmediatas que degradará el cotidiano de sus protagonistas. El director Constantin Popescu hace lo que Cristian Mungiu, Cristi Puiu y otros colegas de su nación; explaya los tiempos y genera largas secuencias con el fin de establecer una rutina que posteriormente será rota y encontrará un clímax cumbre. Es en principio el acercamiento sensible a la estabilidad; el de los esposos riéndose en el fin de una reunión, así como la secuencia preámbulo al desvanecimiento del ser querido. Muy típico de los rumanos, la banda sonora de este filme está únicamente compuesta por el ruido de la diégesis. Por un lado, componiendo el retrato realista y objetivo, por otro, –lo que se percibirá a partir de acontecida la tragedia– componiendo la tensión. Por ejemplo, en la cocina, de pronto el volumen de las voces son calculadas, pero el de los platos retumban. Se sugiere una discusión entre los miembros enmudecidos.
La desaparición de esta forma hace terreno para lo que usualmente se ha visto representado en las temáticas de desaparecidos o secuestros. Observamos a los deudos sumidos por una frustración, obstinados ante una búsqueda que no encuentra descanso, la paranoia que se eleva a grandes escalas a consecuencia de continuas sospechas, la culpa que es una camisa de fuerza. Sucede en películas como Keane (2004), Prisioneros (2013) o El secreto de sus ojos (2009). Tal vez por esos antecedentes, o por la misma sucesión de los hechos, es que el filme de Popescu se hace predecible. Rota la sociedad familiar, La desaparición se centra en un solo personaje: el padre. Sabemos que su integridad irá en caída, que se gestarán falsas sospechas y falsas esperanzas. Aunque ya visto en estos tipos de tramas, no deja de valorarse el peso del tiempo –o más bien la angustia– expreso en la salud física y sobretodo mental. Lo que no se predice, de hecho por ser una ruta gratuita, es su final. La película termina con un cierre fácil y morboso.

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