sábado, 6 de junio de 2020

We Are One: Nasir

Rememoro una secuencia casi de principio de la película. En su momento, me resultó curioso un primer plano al rostro de la esposa de Nasir (Valavane Koumarane), justo cuando el autobús arrancó para emprender marcha. Un sentimiento silencioso parecía manifestar la mirada casi perdida de la mujer. Ella se iba por tres días a cumplir con un compromiso. No hay razón para sentirse pasmada por una breve separación. El hecho es que también, segundos antes, su marido le preguntaba: “¿Es necesario que vayas?”.  Diría que a partir de esa secuencia, el director Arun Karthick revela un punto de inflexión en esta historia que presume ser una representación rutinaria de un hombre de familia. El retiro temporal de su esposa resultaría algo cotidiano, tanto para él como para ella. Pero lo cierto es que no estamos dentro de una circunstancia normal, sino en una temporada que mantiene en alarma a la comunidad musulmana en la India, la que representa esta pareja. Nasir (2020) es una película que hace un panorama de esta situación mediante un perfil bajo.
En el transcurso del filme, somos testigos de un resumen habitual de Nasir, un modesto personaje que trabaja en una tienda de telas ubicada en Coimbatorel, ciudad en donde vive junto a su familia y la de su hermana. Con mucha sutileza, Karthick nos descubre una mirada reconfortante de su protagonista. Su marco de 4:3 encierra un mundo que parece describir la esencia de este. Dentro de su sencillez, hay algo bello. El director encuadra con una elegancia fotográfica. Revela una estética estimulante a partir de un área minimalista. Resalta lo bello desde lo cotidiano. Eso es prácticamente lo que define al protagonista de Nasir. Dentro de esas humildes expectativas, reconocemos a un hombre humano, deseando lo mejor para su familia, recitando palabras alentadoras, tanto para sí mismo como para su esposa que no llega. La vida de este musulmán conmueve y además contrasta con su realidad, el de una dura subsistencia económica, social y religiosa. En ese sentido, su optimismo es un escudo férreo dentro de un espacio que no lo estima.
Sucede que este año en India la situación de los musulmanes se ha visto intimidada a causa de las protestas y actos radicales por parte de grupos nacionalistas. Mientras Nasir marcha a embarcar a su esposa, discursos públicos de odio se escuchan. Se proclama una religión oficial, una negación a los foráneos. Se le reza a lo auténtico. Es un clima extremista que no está lejos del nazismo o el racismo en EEUU. Volviendo a esa secuencia inicial, resulta significativa esa separación. Puede haber varias razones por la que la esposa observa a la nada. Tal vez se fue para no volver, ahuyentada por un contexto en donde es minoría; o tal vez piensa que al volver su esposo ya no esté, o que ella simplemente no sobrevivirá a un retorno. Todo esto es suposición, y es que el filme de Arun Karthick se empeña por evadir un drama en donde los personajes comentan sus miedos. El drama se gana mediante la costumbre, esa convivencia que tenemos con su protagonista principal, una empatía no forzada, contemplativa. Por otro lado, el miedo también se expresa desde una cotidianidad, una normalización que –no lo dice el filme, sino los medios de prensa– la misma policía y el Gobierno indio consiente.

Nasir está curado por el Festival de Mumbai. Puede verse la película gratis en este link: https://bit.ly/2A8KPAH

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