martes, 15 de diciembre de 2020

Estrenos pasados 2020: Feels Good Man y El dilema de las redes sociales

Dos documentales que se complementan, siendo uno el panorama general siniestro que ha germinado el uso de las redes sociales y el otro un ejemplo o caso específico de esa realidad. Feels Good Man (2020) pueda que disponga una novedad para muchos espectadores. Este documental realizado por Arthur Jones nos presenta a Matt Furie, artista y caricaturista que es nada más y nada menos que el creador de “Pepe The Frog” –así es, tenía nombre–. Entonces, la novedad deviene a raíz de que antes del meme, la creación de Furie era la versión oficial, la misma que sugería a un personaje con una personalidad particular, que formaba parte de un grupo de slackers y, por consiguiente, era parte de un universo. Tanto el batracio como los amigos del mismo, eran los alterego de Furie. Es decir, el universo al que formaba Pepe era el universo del dibujante. Seguido nos enteramos con mayor detalle eso que representa Pepe para su autor, su concepción, cómo se fue desarrollando y fue trascendiendo para sí mismo. Es el descubrimiento a la “intimidad” artística, esas emociones que se manifiestan antes, durante y posterior a la creación. Y es que como toda arte, esta gesta un ciclo emocional que describe al autor reaccionando ante su creación.

Por consiguiente, en cierto punto del documental el espectador estará convencido que el Pepe de Furie se encuentra en un universo paralelo respecto al Pepe meme. Son muchas novedades para una introducción. Y es así como expuesto el valor artístico y sentimental del autor, el documental nos abre a la triste historia de una sociedad apropiándose de la creación y su creador mirando la agonía de su alterego favorito. Feels Good Man es atractivo a raíz de esa serie de incidencias que convierten a Pepe en un ícono plurisignificativo que no solo ha adulterado la naturaleza original del arte, sino que además la ha pervertido. ¿Y en dónde se origina todo esto? En las redes sociales. El día en que a Furie se le ocurrió digitalizar y subir el contenido de sus Pepes a un portal social pueda ser el mayor error que cometió el dibujante en toda su vida. Este es un buen momento para hablar sobre El dilema de las redes sociales (2020). En el documental de Jeff Orlowski, desfilan una serie de expertos en contenidos y programación de redes sociales. Desde ex empleados de importantes medios como Instagram o Twitter hasta catedráticos y autores de investigaciones y libros que atienden al tema en cuestión. Todos los comentaristas están de acuerdo con algo: las redes sociales es un modo de negocio que ha comenzado a pervertir al mundo entero.

El documental de Orlowski suena por momentos profético. Así como están las cosas, la civilización está destinada a la autodestrucción consecuencia de la difusión de información nociva que se despliega a cada segundo por las redes sociales. Y lo importante para los expositores de este vaticinio es entender que la culpa no recae tanto en los usuarios, sino en los gestores de esos medios digitales, los mismos que enfocan sus esfuerzos para complejizar una inteligencia artificial capaz de engatusar a sus consumidores en potencia. Si son palabras del Papa o fake news, eso no les importa. La cosa es mantener a los usuarios con sus cuentas activas para que puedan visualizar esos anuncios por los que facturan millones. Lo preocupante es que el margen de noticias falsas es muy superior a las noticias que cumplen la función de manifestar la realidad de la coyuntura. El dilema de las redes sociales tiene toda la buena intención de representar lo peligroso que es esta situación a partir de un caso que nos pueda ser familiar, pero este se queda corto. Nuevamente, volvemos a Feels Good Man o el caso que impactó a nivel masas más para mal que para bien.

Lo preocupante del documental de Arthur Jones no es cómo los medios de la Internet se apropian de lo ajeno y un artista sufre. La verdadera alarma radica en las dinámicas de las redes sociales, en cómo estas son nido de discursos de odio que, por ejemplo, han convertido un símbolo de ocio en un símbolo antisemita. “Los Pepes” de las redes sociales no son más que una proyección de una sociedad a la deriva de la perdición. El Pepe que llora, el que explota, el que sonríe mientras en un segundo plano están las Torres Gemelas entre humaredas, el Pepe que fue símbolo de campaña política para Donald Trump, y que además resultó ser el “as bajo la manga” para que el candidato se hiciera con una larga lista de simpatizantes apolíticos, pero que por el solo hecho de que su héroe digital era usado en campaña provocó la aprobación de toda una comunidad. En síntesis; el retrato de Feels Good Man es esa realidad a la que se refiere en El dilema de las redes sociales. El primer documental en cierta manera despliega situaciones cordiales y hasta cómicas que implicó la apropiación de una creación artística, pero es imposible no ser persuadidos y afectados por el marco de una degradación social de la que muchos expertos comentan se incrementará. No es invento. Esto ya está sucediendo.

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