A partir de hoy el Festival Al Este de Lima realiza una breve retrospectiva sobre la filmografía de Zbigniew Rybczynski, cineasta de origen polaco. Aquí un análisis de los cortos que formarán parte de las proyecciones.
En Sopa (1975), a través de la técnica del stop-motion, combinando los gráficos de
animación con dibujos, pintura y fotografía, Zbigniew Rybczynski realiza su
primer corto experimental inclinado a un discurso existencial y de un idioma
profundamente hermético. Es el boceto de una convivencia en una pareja moderna,
aquella que está sumergida a una rutina fría y mecánica, esto a pesar que
dentro de la trama se conciben temas alternos sensibles como el amor o el
erotismo. Todo esto se intercala mediante escenas triviales, acciones sin más
significado que el de componer un contexto alineado a los rituales sociales que
parecen haber perdido su significado. El matrimonio, un consecuente que
simboliza la perpetuidad del amor en una pareja, no es más que la antesala a
una tragedia moderna.
De similar forma, La cuarta dimensión (1984) manifiesta
dicha reflexión, una que también cita la relación entre el hombre y la mujer,
mas en una temporalidad más amplia. Rybczynski divide lo que sería la etapa
génesis de dos personajes, hombre y mujer, representando a Adán y Eva, y su
paso hasta la modernidad. Es la simulación de dos seres que en inicio fueron
desnudos para luego ser ellos y sus
fantasías creadas, aquello que los ha vestido, que los ha banalizado, eso que
un día germinó y ha revitalizado. Así como los cuerpos van cambiando, tomando
nuevos trajes o asumiendo distintas posturas, el contexto en paralelo se
mimetiza en fin de complementar al individuo. Lo mismo ocurre con el fondo
musical, a inicios rudimentario, pero luego más sofisticado. Tal como ocurrió
en Sopa, la pareja de La cuarta dimensión luego de mostrar,
cada uno por su lado, su proceso de evolución, ambos se encuentran, dándose así
entrada a las etapas del amor que finaliza con la unión sexual.
Rybczynski, a
diferencia de su corto temprano, aquí evoca de manera literal la conexión que
existe entre el espacio, el objeto y el tiempo. El hombre y la mujer, así como
los objetos tangibles, están atrapados en un movimiento tornasolado,
combinándose con el espacio. El cuerpo para Rybczynski es puramente molecular,
es decir, maleable en el espacio, por lo tanto, también en el tiempo. Ya antes
esta idea lo habría adoptado en el que sería su corto más conocido, Tango (1981), donde en un área limitada,
una serie de personajes realizan una y otra vez mismas acciones. Es la convivencia
de una variedad de comportamientos en un mismo espacio y determinados en un
mismo lapso de tiempo. Lo mismo ocurre en su corto Nuevo libro (1976) –este no incluido dentro del ciclo– donde la
pantalla está dividida por nueve visores relacionados entre sí, siendo uno la
continuidad del otro, solo que visto desde una perspectiva o plano distinto.
Dentro de cada uno ocurren sucesos triviales, pero que Rybczynski otorga
significado a través de diferentes encuadres y la manipulación del tiempo (uso
de la cámara lenta). Nuevamente la convergencia entre el espacio, el objeto y
el tiempo.
La orquesta (1990), podría decirse, es –dentro de la muestra
seleccionada– el proyecto menos abstracto en la fílmica de Rybczynski. Aunque
de una misma línea experimental, este mediometraje es una especie de
dramatización de una selección de piezas clásicas. Es pues la performatividad
funesta de la “Marcha fúnebre” de Chopin o el relato violento y oscuro que emerge
el “Adagio de Albinoni”. El director, asimismo, juega con una serie de
coreografías que se dinamizan en relación a los tempos. Así como en sus anteriores trabajos, Rybczynski nuevamente
descompone el tiempo, multiplica los objetos y altera el espacio. Esto, en
efecto, colabora al dramatismo musical, como simulando la proyección de cada
toque de tecla, cuerda o aire que se desvanece y es a continuación sucedido por
otro. La orquesta es lo mejor de este
director de origen polaco, pionero de la tecnología en alta definición (HDTV) y
creador de una serie de videos musicales, entre el resalta Imagine de John Lennon, que para su tiempo fue ganador de un premio
en el Festival de Cannes.
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