viernes, 31 de mayo de 2013

II FIACID: Hermanos de sangre (Panorama Iberoamericano)

Daniel de la Vega en Hermanos de sangre (2012) recrea a personajes excéntricos, unos torpemente sumisos, otros de una mentalidad profundamente retorcida. Su trama, basado en el (des)encuentro entre el típico “buen tipo” y un caritativo psicópata, trae a la memoria similares conflictos que tenía el protagonista principal de El club de la pelea (1999), sobre el quiebre de una rutina y cómo esta provoca una variación emocional en su ser. De la Vega, por otro lado, distinto a David Fincher, se inclina a una influencia asociada al estilo de un filme de Serie B, es el citado a la violencia en una versión carnicera, brotes de humor negro, fotografía saturada, la variabilidad de planos y puntos de vista, la necesidad de representar sobre lo grotesco y lo ridículo. Hermanos de sangre, sin embargo, tiene de estilo pero no de trama, una que es predecible de inicio a fin. El móvil del filme se sujeta a la fantasía de un amor no correspondido y la mecánica del exterminio continuo, con poco ingenio y mucha sangre.

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