martes, 7 de agosto de 2012

16 Festival de Lima: Post tenebras lux (Sección Oficial de Ficción)

El conflicto humano es sin duda la pieza medular dentro del cine de Carlos Reygadas. Japón (2002) narraba la historia de un hombre golpeado por la urbanidad. Es el autoexilio a un espacio que “simula” una pasividad contraria al anterior; el campo. Batalla en el cielo (2005) es la crónica de una persona envuelta en un secuestro fallido, aquel que le provocará un derrumbamiento moral, todo esto contemplado con una estética que embellece los espacios ocultos de la Gran Ciudad. Luz silenciosa (2007) es el retorno al campo. El retrato de un poblado de Menonitas, un grupo religioso totalmente hermético, que, de igual manera que los de la urbe, dan ciertas marcas que indican que siempre han convivido con aquello que ha sido prohibido en su sociedad. En Post tenebras lux (2012), Reygadas acerca nuevamente a estos dos mundos. El hombre del campo y el hombre de la ciudad convivirán en medio de la naturaleza, aquella que despierta conflictos y provoca ciertos enfrentamientos.

Hasta antes de Post tenebras lux, Batalla en el cielo se revelaba como la película de mayor estética del director mexicano. De encuadres poderosos, primeros planos que enfatizaban una belleza que se extravía en planos mayores o con una fotografía entumecida. Post tenebras lux hereda esto, mas reduce los primeros planos y enfatiza los planos medios. Es la captura del individuo junto a una naturaleza que se convierte, que cambia de manera radical e instantánea. El rostro humano y el rostro de la naturaleza nunca antes se habían relacionado tanto en su cine. Reygadas se acerca a lo que el director Terrence Malick desenfunda en su cine y enfatiza en su última película El árbol de la vida (2011). No solamente la humanidad, sino toda la existencia, están en un conflicto continuo. Vivir entre las dicotomías o los mundos bifurcados, es una pura ilusión. Entre la ciudad y el campo no existe una diferencia abismal. Cada uno comparte mismos conflictos, una misma existencia, solo que en diferentes contextos, aquellos que se destruyen entre sí o se autodestruyen.

Post tenebras lux narra el viaje temporal hacia el campo de una familia urbana. Juan, su esposa y sus dos menores hijos, viven entre los árboles, en medio de la naturaleza verdosa ubicada debajo de un cielo espumoso y colorido. El objetivo claro de este divorcio temporal es que existe algo nombrado como “apacibilidad”. El campo, desde el punto de vista del sujeto urbano, responde al beatus ille del hombre renacentista. La ciudad como sinónimo de consumo, violencia, la vida sofisticada y una diversidad de placeres mundanos que son los que a fin de cuentas provocan los conflictos humanos. Lo cierto es que todo esto sucede de la misma forma en el campo. Mientras Juan y su familia viven la apacibilidad de ella, esta se destruye, se tala, se derrumba por sí sola, ladra, relincha, truena, se pelea, existen tantos vicios como los que se encuentra en la ciudad. Carlos Reygadas, sin embargo, pone en claro que existe algo esperanzador en todo esto. Después de la tempestad viene la calma; después de la oscuridad se enciende una luz. Post tenebras lux es el filme más existencial que ha realizado este director mexicano. Es el recorrido espiritual ajeno a rencores o pensamientos terrenales que nos acercan al miedo a la muerte o al mismo suicidio.

En este último filme también se aprecia una obsesión del director respecto al tema de la sexualidad. En todas sus películas, Reygadas desentraña los deseos sexuales, aquellos que reflejan un comportamiento desconocido o simplemente acallado por el hombre. Desde Japón hasta en Post tenebras lux, el director da libertad a la libido, una que se despierta ante los deseos más perversos y en los lugares menos imaginados. Hay una necesidad ante la experimentación de la carne, la misma que nunca se reprime ante el deseo. Si traemos a la memoria el final de Luz silenciosa, existe un posible indicio de que el sexo para Reygadas sea el único placer que no merece castigo, esto a diferencia de los otros que se conciben de la misma forma tanto en el campo como en la ciudad. Ingeniosas son las escenas cuando Reygadas contrasta esos dos mundos de apariencia “distinta”. Por un lado, una discoteca de mala muerte en la que se asoma el ebrio del lugar, mientras que por otro, la fiesta más sofisticada que tiene también a su propio borracho, igual de latoso e indeseable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Donde puede verlo? o bajarlo? Sabés?

Carlos Esquives dijo...

Posiblemente lo encuentres en files o torrent, aunque lo dudo y francamente no me he tomado el trabajo de buscarlo. Lo que pasa es que PTL se ha estado estrenando tan solo en Festivales, lo que restringe pueda ser pirateado. Hasta que no se estrene de manera comercial en algún país entonces es casi imposible reproducirlo por web.