* En el presente artículo dejo de lado las críticas a la película A serious man, de los Hermanos Coen, y The blind side, de John Lee Hancock, por no haber estado dentro de nuestra cartelera.
Los premios de la ceremonia del Oscar son uno de los eventos que siempre ha estado a expectativa del público en general. Lo que podría ser una afición exclusiva de los críticos de cine, lo es también de aquellos espectadores que son asistentes eventuales de las salas de cine, aquellos que han sido llamados por una florida crítica mediática escuchada en una emisora o spot publicitario a ir a ver un filme que está dentro de sus exigentes, y tan complejos, gustos. Con lo dicho podemos inferir que si el Oscar resulta ser un atractivo del público en general, es porque se está cumpliendo los requisitos del público espectador; que su película favorita esté entre las nominadas al Oscar, y no solamente eso, sino que esté además ubicadas entre las favoritas a ganador. Por lo tanto, el Oscar se minimiza a un atractivo mediático, desplazándose así su valor primordial, el de premiar a aquella cinta fílmica que esté dentro de un valor más allá del embelesamiento maquinal; la crítica.
An education es dentro de la lista la película que tienes menos posibilidades en llevarse la estatuilla. Para cuando se confirmó el año pasado el anuncio que los premios Oscar tendrían en su siguiente ceremonia diez candidatos para la categoría a Mejor película, se me pasó por la mente que habría más de una película sobrante en esta nominación. Esto se puede deber a muchos factores, como la asistencia masiva dentro de la cartelera, una temática atractiva, la influencia de sus actores que participan dentro del filme o hasta el trayecto filmográfico del director de la película. Podríamos especular en este caso que An education efectivamente tuvo un gran consumo, no solamente en Gran Bretaña, sino en EEUU. Lone Scherfig no tiene por encima una vasta filmografía, aunque si no podemos negar que al menos dos de sus cuatro películas llevadas al cine pueden quedar para el recuerdo del espectador –nos referimos a Italiano para principiantes (2000) y Wilbur se quiere suicidar (2002) –. Luego de eso no se podría decir nada más, a menos que la presencia de Alfred Molina, y la satisfactoria interpretación de la joven Carey Mulligan hayan sido las suficientes para dar poder al elenco protagónico. An education es una débil candidata pues no cumple ni siquiera con las expectativas del público masivo. Es posible que la sobrevaloración del pueblo británico hacia la cinta fue el de remembrarse a un Londres idílico, y siempre ese es un punto débil para el espectador. No puedo encontrar otra razón para que esta película pueda haber sido candidata, a menos que Lone Scherfig, según la academia, sea una de las promesas del cine, y solo apenas está alistando terreno para sorprendernos.
Up es una película que ya está cantada como una de las premiadas. La película de Pixar indudablemente no tendrá rivales para el Oscar en la sección de Mejor película animada. Ni la excentricidad de Wes Anderson, ni el mundo de Colarine –que parece ser una idea extraviada de la cabeza de Tim Burton –serán rivales para la película de Pete Docter, aquel que años atrás ya había saboreado el Oscar con la premiación de Monster Inc., película que hasta el 2008 era considerada la mejor película entre las creaciones de Pixar. Obviamente Up se ha llevado ahora tal honor, junto además con una crítica contenta y un público que arrebató las salas. Up sin embargo no ganará la categoría de Mejor película, y no porque no se lo merezca, sino porque no es de la Academia premiar a una película en dos categorías supremas. Alguna duda a esto revisar la ceremonia del Oscar en el 2000 y el caso El tigre y el dragón (2000).
Up in the air es una buena película que trae a un Jason Reitman con ganas de querer llevarse nuevamente una estatuilla dorada. Hace un par de años Juno (2007) tuvo el reconocimiento a Mejor guión original. Esta vez Reitman de seguro busca algo más grande, como el reconocimiento a Mejor director o hasta Mejor película, premios que le fueron negados en el Globo de oro. Up in the air merece ser reconocido en una de las mejores categorías, y lo más probable es que sea en la de Mejor guión adaptado, al menos uno de los que podría alcanzar, ya que hay otras dos películas que también lidian por esta. Up in the air está dentro de las filas de las películas con sabor a indie, aquellas que muestran un buen cine sin compromisos, aquellas que tienen un sello de autor, que tratan temáticas que son universales pero a su vez personales. El tema de Up in the air tiene un plus, y es el de la situación por la que está pasando actualmente EEUU, sobre las crisis financieras, y por qué no, personales. Tocar las representaciones actuales, aquellas en la que el espectador se pueda ver representado o reconocido, son aquellas que tienen una cierta simpatía con el público. La crítica indudablemente apoya a esta película. Reitman ha alcanzado un nivel más maduro a sus dos anteriores películas, y merece estar dentro del juego, pero poco a poco se ha estado opacando por las favoritas. Ese es el cruel juego o rito por el que pasan una gran variedad de películas que son reconocidas por la Academia, pero que son negadas por la estatuilla, tal como pasó con películas como In the bedroom (2001), Las horas (2002), Lost in translation (2003), Sideways (2004), etc.
Precious: Based on the Novel Push by Sapphire es una conmovedora cinta que viene trayendo consigo una gran cantidad de premios de corte independientes, uno ellos la del Gran premio del Jurado en el último Sundance. La cinta de Lee Daniels, un director que apenas cuenta con dos películas, ha sorprendido al público por tener una as bajo la manga; las figuras de Oprah Winfrey y Tyler Perry llevándolas de la mano de sala en sala, de festival en festival. A esto hay un agregado, y son las figuras de Mo’Nique, Mariah Carey y Lenny Kravitz dentro de los roles protagónicos. A esto se suma su trama de una mujer de raza negra con sobrepeso y embarazada por su padre, negada por la sociedad y por su misma madre. Precious parece ser en parte pretenciosa ya que no toca nada nuevo, sin embargo la crudeza de su narración –es puntual por tener además una narración en primera persona lo que lo hace más veraz en sus hechos –las técnicas de Daniels, sus marcas de cinta independiente, su mezcla de imágenes como si fuese un kolash entre revista y documental de la E! Precious nunca se quiebra en sus argumentos. No muestra un dedo moral como pasa con películas dramáticas que terminan con un desenlace lleno de esperanza. Precious tiene consigo al público conmovido y a la crítica curiosa de las técnicas cinematográficas. Precious está nominada para Mejor guión adaptado, Mejor director, Mejor película y otras categorías. Precious parece acercarse más a la primera, junto con Up in the air y otro más. La interpretación de Mo’Nique es satisfactoria y debido a que Vera Farmiga, a pesar de un buen papel, no posee un peso notable, y considerando además que Penélope Cruz ya ha ganado la estatuilla del año pasado, y es casi imposible que pueda ganarla consecutivamente, entonces Precious tendría uno de los notables premios asegurados, la de Mejor actriz de reparto, y así pueda ser marginada de la categoría de Mejor guión adaptado sin resentimientos. Por qué no podría ganar la de Mejor película. Porque Precious no es una gran película, es buena.
District 9 es una película que ha causado muchas emociones en EEUU luego de su estreno. Pasado esto la euforia pasó de moda. District 9 por mi lado debería ser una de las favorítas, aunque no lo es. Muy pocos esperaban sea nominada, al menos en EEUU. Aquí la crítica ni se percató de su presencia. District 9 cuenta con una temática muy ruda y sugerente. Es además una cinta de aventuras, de acción y de un tema dramático. Está además dentro de esa complejidad de gustos del público: la de efectos especiales, cero aburrimiento, muchas emociones, debe de haber por lo menos una escena de amor que tenga además un final triste. Neill Blomkamp lleva a esta ópera prima a ser uno de los candidatos que lastimosamente podría pasar más que desapercibido. Esta sería el tercero que aspire para la premiación a Mejor guión adaptado, aunque de una vez lo comento, es más seguro que sea merecido a Up in the air. A este paso District 9 posiblemente se vaya a casa sin nada en las manos ya que en las otras categorías en la que está nominado, siempre hay una figura azulina que está esperando con las manos abiertas.
Inglourious basterds al parecer tendrá una de esas noches, como la tuvo González Iñárritu con Babel (2006) o Martin Scorsese con El aviador (2004). Quentin Tarantino es actualmente uno de los directores más controvertidos del medio, pues nunca sus películas –y especialmente esta última –tuvieron un bando de su lado. Tanto el público como la crítica lo han negado o lo han adorado. Tarantino ha visto con ojos ciegos esta indiferencia del público, y ha observado animado a sus grandes seguidores. Inglourious basterds tiene en su poder ocho nominaciones, pero ninguna, increíblemente es favorita. Tarantino podrá ser el centro de la ceremonia, el hijo rebelde de Hollywood, pero dentro de la Academia es examinado con pinzas. Son sus nominaciones a Mejor película y Mejor director las que Tarantino sí o sí debía de aspirar. El haber sido exonerado de alguna de estas era casi un reto a ese desbordante público, y además críticos, que lo defienden a capa y espada. La Academia se lava las manos cual Pilatos al ofrecer este título a Tarantino; es propuesto más no será el elegido. El que salga elegido como Mejor película será un reto a la mista tradición que posee la Academia. Es dar valor a una película que está hasta ahora en ascuas. Elegirla es negar al público que tiene en espera la noticia que ellos esperaban era obvio recibirían. Obviamente Inglourious basterds no es aquella película. Tarantino no tiene que ver con las universalidades. Esta película es un ejemplo de que tan personalista y narcisista puede ser un director de cine. Personalmente, si pudiera elegir quien debería de ganar el Oscar a Mejor película, sería Inglourious basterds y no porque pueda ser un seguidor empedernido de Tarantino, ya que en primer lugar considero su saga Kill Bill como una cinta que no ha captado mis expectativas, muy a pesar que la nombran como la mejor de QT, sino porque en verdad creo que es una de las películas que ha sido la más representativa en el 2009.
The hurt locker es una cinta de horror, de tema serio, de tema tenso. Esta es una de las películas que está entre las favoritas. The hurt locker puede ganar por muchas razones. En primer lugar por la filmografía de su directora Kathryn Bigelow, aquella que ha asumido con calidad, sin pretensiones, siempre aportando una nueva escena para el cine, aunque no dejando obras maestras en su haber. Bigelow con esta última película ha dejado un rastro profundo, específicamente en EEUU. The hurt locker tiene mucho que ver con el imaginario estadounidense, esta es un segunda razón del porqué está entre los favoritos, pues su temática toca los corazones de los que han convivido con esa guerra sin sentido, pero que en su trama cumple todo lo contrario: es la guerra una droga, un tónico que activa los nervios y las tensiones, y esto alivia a su protagonista. The hurt locker es una buena película, más no tiene el mismo grado de significancia para aquellos, nosotros, que vivimos a kilómetros del país del norte. Nos queda solamente los espacios tensos donde el soldado William James desactivaba las bombas y veíamos un público oriental indiferente al peligro diario al que se exponen, eso ya es mucho. La crudeza de esta película ha valorado las atenciones de distintos puntos del globo, tanto del público como de la crítica.
Avatar es la segunda favorita. Es la que arrasará con gran parte de los premios, aunque extrañamente posee tan solo nueve nominaciones. Avatar ya tiene asegurada algunas estatuillas, y decir algunas ya es un triunfo. James Cameron competirá con Bigelow en la estatuilla al Mejor director, lo más probable es que se le reconozca a Cameron su aporte a esta nueva tecnología digital por llevarla a sus más altos rangos. Avatar arrebatará de las manos de District 9 las estatuillas de Mejores efectos visuales y posiblemente –si no se lo arrebata otro –de Mejores efectos de sonidos y Mejor edición. Avatar ha tenido una buena aceptación en el público en general. Hasta ahora no he escuchado negativa sobre la última cinta de Cameron, sin embargo la crítica está vez se ha dividido una vez más, especialmente la extranjera, catalogando a Avatar como un filme que está dentro del convencionalismo, pues su aporte es apenas tecnológico, pero vacío en su temática o apreciación crítica. En parte es cierto, Avatar es el discurso de Danza con lobos (1990), de Un nuevo mundo (2005) y muchas otras películas que hablan de los choques culturales, del otro, del huésped colonizador y sobre cómo este termina del lado correcto. Avatar sin embargo es también un vistazo diferente a la problemática de la ecología, sobre los problemas de razas aún perennes, muchas problemáticas ligadas a una sola. Avatar, independientemente de su logro digital, es una buena película que si vale la pena ser vista, comentada y critica. Muy a pesar, Avatar no es la gran película, y si ganara esta noche la estatuilla sería una gran pena, como mucha de las otras ceremonias del Oscar de años anteriores; mencionarlas sería citar gran mayoría de los últimos veinte años.
Dos preguntas que me hago a mí mismo: ¿ganará La teta asustada?, ¿debería ganar? Son dos preguntas muy diferentes. No me atrevo a responderlas por una simple razón, desconozco la situación de las otras películas. Michael Haneke es uno de los directores más respetados de los últimos años. Películas como Caché (2005) son ejemplos de cine. No tomarlo en cuenta sería una especie de negación crítica. Es por eso que no sé si deba ganar La teta asustada. Ahora, sí debería ganar, creo que no debería en caso existiese la posibilidad. Más adelante se publicará una crítica sobre la cinta de Llosa justificando mi postura. Ahora no tendría mucho significado comentarla pues quedaría muchas ideas en el aire. Por último –en el supuesto que los de la Academia respondan –: ¿premiarán a La teta asustada? Yo estoy seguro que no, por una simple razón. En el largo de este artículo he intentado apuntalar que la Academia no piensa por sí misma, sino que piensa a través de otros, y estos son una mayoría, específicamente el público en general. Actualmente la ceremonia del Oscar es a honor de aquellos que por una vez al año se sienten capaces de votar, de ser jueces, de ser críticos. Es por eso que La teta asustada no ganará y no podrá, porque es una película de festival, es una película compleja que hasta muchos de nosotros no hemos terminado de comprender. Este tipo de cine de autor no es del estilo del Oscar. La nominación es ya casi una hazaña de la misma Academia, pues ha negado a ese público acostumbrado a un prototipo de cine, simplista y sin ambages. Tal vez es por eso que nos colocaron al lado de otra película latinoamericana que da señas de esa “imagen” que los demás ven de nosotros los latinos: la Latinoamérica oprimida por las fuerzas gubernamentales, el país débil. Es más fácil entender a los desaparecidos de los años 70’s del Argentina que el imaginario andino-limeño de nuestro país. Estoy seguro que si hoy celebra Manchay, es por esa nominación que ya es un gran logro para el país, y si ocurriera que La teta asustada gane, entonces los Oscar ya no serán los mismos de aquí en adelante. Que gane Avatar y La teta asustada en un mismo festival es disparatado, aún así sean ambas fijadas en el estereotipo exótico, muy a pesar están muy alejadas entre sí. Ambas hablan idiomas diferentes y eso hasta el público se da cuenta.