Un documental que hace un duro registro sobre la negligencia estatal en el país sudamericano. El protagonista de este filme es el pueblo de Congo Mirador, lugar que, según uno de sus habitantes, hace años fue poblado próspero, no en vano se ubica a unos kilómetros de las principales zonas de reserva de petróleo del país. El hecho es que nada de lo que describe el anciano se transcribe en el territorio ahogado por la sedimentación. Así inicia Érase una vez en Venezuela (2020). La directora Anabel Rodriguez desde un principio ya da sentido al título de su película. El pasado y el presente de este territorio expresan un contraste de realidades. Somos testigos de familias resistiéndose al éxodo. A pesar del panorama inhabitable producto de la precariedad sanitaria, un ánimo optimista se extiende en toda esta comunidad. La población ha migrado considerablemente, sin embargo, la vida sigue en el Congo. La pesca, los certámenes de belleza, la rutina en general sigue su marcha, así como las funciones de dos órganos, los cuales parecen dar sustento a la resistencia comunitaria.
miércoles, 26 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: Érase una vez en Venezuela (Competencia Documental)
24 Festival de Lima: El cuidado de los otros (Competencia Ficción)
Una película que crispa a causa de la ansiedad de su protagonista. La tranquilidad de Luisa (Sofía Gala) se ha comenzado a venir abajo desde que el pequeño a su cuidado ingresó a clínica luego de un descuido de su parte. El filme de Mariano González relata la historia de una enfrenta únicamente registrada desde un lado. Como si se tratara de alguna película de los hermanos Dardenne, la cámara se adhiere a la protagonista para registrar sus acciones, en gran parte, poco trascendentales, con el fin de atender a su vulnerabilidad emocional y a un hecho puntual. Es también un derrotero que estimula una alarma ética. ¿Es acaso un acto de negligencia o una cadena de ligeros infortunios el caso de Luisa? El relato no lo expresa, sin embargo, estamos seguros que la joven está bloqueada por un debate moral. No se sabe a ciencia cierta si la mujer reconoce los hechos como un acto de negligencia o algo fruto de la casualidad. Lo que sí es seguro es que Luisa asume la postura de los padres del niño afectado como un indicio de que su situación pasará a mayores.
24 Festival de Lima: Blanco de verano (Competencia Ficción)
Una película de fuerza actoral. A propósito de las secuencias iniciales, la historia del director Rodrigo Ruiz define un vínculo especial entre una madre y su hijo a partir del acercamiento físico que bien podría asociarse a un complejo de Edipo. Blanco de verano (2020) consta sobre el desajuste de esa sociedad a propósito de la introducción de un tercer personaje. Desde que su madre le presentó a su “amigo”, la actitud de Rodrigo (Adrián Ross) ha comenzado a expresar un lado hostil que expurga fuera de casa y que contiene dentro de ella. Lo que veremos en el transcurso, será el incremento de ese conflicto interno que hasta cierto punto no será capaz de reprimir. Esta película mexicana hace esquema de un menor viendo a su madre renovando una nueva alianza amorosa y que, en consecuencia, comienza a experimentar una etapa de celos, un estado alucinatorio y nocivo que su dócil mente fabrica y es incapaz de corregir por sí solo.
24 Festival de Lima: Fico te devendo uma carta sobre o Brasil (Competencia Documental)
La búsqueda sobre el historial político del padre se convierte en un homenaje al compromiso de la abuela. La premisa del documental de Carol Benjamin es descubrir los detalles del proceso de tortura, encarcelamiento sin juicio y exilio forzado que su padre experimentó durante la dictadura en Brasil. Ante la negativa del mismo a participar del filme, la directora concientiza que todo lo que sabe sobre los antecedentes de su padre, se lo debe a Iramaya, su abuela materna, quien promovió una lucha para la liberación y amnistía de su hijo. En Fico te devendo uma carta sobre o Brasil (2019) nos enteramos de la “memoria” del padre construida a partir del testimonio de la abuela. Es decir, se habla del caso del preso político desde el punto de vista de un testigo cercano. Esto implica que involuntariamente se sabrá más de la abuela que del padre y que sabremos más de lo que pasaba al exterior de la cárcel que del interior de la misma.
24 Festival de Lima: La restauración (Competencia Ficción)
Aseguraría que al cine peruano comercial le haría bien esta línea de películas al no subestimar al espectador a propósito de su historia aparentemente original que además no carece de un trasfondo reflexivo, tanto social o ético, claro, sin ser aleccionador, sino sugerente, aunque sucede que no deja de incomodar que la ópera prima de Alonso Llosa esté poseído por una personalidad pesimista que la orienta a un discurso pasadista. La restauración (2020) tiene como protagonista a Tato (Paul Vega), que por mucho carisma que tenga es una paria social que comienza a difundir la idea que el Perú es al consumo de la cocaína y vocifera que todo está mal sin verse al espejo. Mucho de Tato me recuerda al resentimiento social que parte del cine peruano explotó durante la década de los noventa. Es decir, no estamos tratando con un mártir de la moralidad, sino con alguien que, además de estar engatusado al polvo y la desidia, descubre un perfil hipócrita al “vender” su alma a un bando que él mismo describía con desdén.
24 Festival de Lima: El agente topo (Competencia Documental)
Luego de una dieta de cine negro que inicié desde el principio de la cuarentena, no puedo dejar de asociar el documental de Maite Alberdi con ciertos tópicos de este clásico género. Sergio, un octogenario, ha sido contratado por una agencia de espías para ser un infiltrado en un retiro para ancianos. La capacitación es anecdótica. Es la lidia entre el experto detective versus la memoria del nuevo agente, esencialmente, complicado por el uso de la tecnología. Ya dentro del recinto, el “topo” se enfrenta con un dilema típico del noir: una coqueta mujer se le ha enamorado. ¿Esto pondrá en riesgo su identidad? Se me viene a la mente al Fred MacMurray de Borderline (1950), agente encubierto que se enamora de la “cebo”, menuda disyuntiva porque sabe que al final tendrá no solo que romperle el corazón, sino que también arrestarla. Claro que esto es solo una fantasía en El agente topo (2020), pues Sergio parece estar enfocado a este oficio que rompió su racha de hombre retirado, ¿o es que simplemente no cede a los encantos de la mujer porque su mente piensa en su fallecida esposa?
martes, 25 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: Emilia (Competencia Ficción)
Emilia (Sofía Palomino) ha retornado a su pueblo natal para mudarse junto a su madre. Ella acaba de terminar con su pareja. Ahora, lo que se supone sería su retiro de sanación, es todo lo contrario. Emilia (2020) nos presenta a una mujer de un proceder curioso. No se sabe con seguridad si su actuar deviene de su naturaleza o del duelo que ha provocado su rompimiento sentimental. Lo que sí es seguro es que ella, en lugar de empeñarse a restablecer algún vínculo afectivo saludable o asentarse a una nueva rutina que apremie a su tranquilidad, expresa un gesto lánguido hacia el espacio y los que están dentro del mismo, y de paso genera fricciones. Si bien vemos a Emilia relacionándose, estos actos o afectos son para ella casi un gesto autómata, comportamientos que ponen en duda su discernimiento, haciéndola irreflexible e incluso convirtiéndola en un agente nocivo, porque sus acciones la posicionan en una situación delicada e impertinente. Sucede que desde que llegó esta joven a su antigua comunidad, ella ha comenzado a diseminar el caos, aunque no ciertamente con un ánimo de mortificar al resto, sino a sí misma. Algo de su ejercicio desordenado, así como ciertas secuencias en donde se desplaza en solitario, parecen insinuarnos que estamos tratando con el derrotero de una mujer dejándose arrastrar por la depresión.
24 Festival de Lima: Fé e Fúria (Competencia Documental)
El documental de Marcos Pimentel resulta ser vaticinio fílmico de la inauguración del gobierno de Jair Bolsonaro. Mientras se comienza a producir este filme que adjunta demandas y hace llamados de urgencia sobre cómo ciertos bandos religiosos han alimentado las posturas conservadoras dentro de las esferas de las favelas brasileras, el político se encontraba emprendiendo su campaña ultraconservadora rumbo a la presidencia, aprobando las torturas –aludiendo específicamente al caso de la entonces depuesta presidenta Dilma Rousseff– durante el escenario de la dictadura o reconociendo a la coacción militar como estrategia política; siempre respaldado por una religión oficial que desestima la idea de un Estado laico. Fé e fúria (2019) relaciona la militancia religiosa con la militancia armada. Existe pues una atmósfera de la represión religiosa dentro del contexto en cuestión, desfogue comandado en su mayoría por los grupos evangélicos, los cuales se han visto sostenidos por los bloques del poder económico, político e incluso delincuencial. En consecuencia, en los suburbios brasileros se han levantado trincheras, filas de militantes, toques de queda, encargados de cohibir, censurar y aniquilar mediante la intimidación y la violencia a las otras religiones. Es básicamente el panorama o uno de los trampolines con que la política del actual gobierno ha logrado inscribirse como el poder hegemónico.
lunes, 24 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: Samichay (Competencia Ficción)
La estética que manifiesta la película de Mauricio Franco salta a la vista desde los primeros minutos. Su propuesta monocromática se presta para provocar el contraste de sus escenarios, en su mayor parte, localizados en la zona montañosa de los Andes, espacios que revelan una diversidad de texturas propias de los pastizales, la quincha, los montículos de piedra y la nubosidad que peina a la cordillera. El director explota lo mejor del panorama a partir del paneo circular y el encuadre. Reinantes son los planos generales que resaltan la profundidad de campo que hace un versus con las presencias de sus protagonistas, estos tomados a medio cuerpo o entero, engullidos por el espesor de los nubarrones o asaltados por la sobreexposición de la luz natural. El hecho es que toda esta mirada cumple una función adicional al valor estético. Samichay (2020) es una película que ilustra la divergencia atmosférica que compone este universo rural, tan bello, aunque de aire melancólico, tan fecundo como estéril, de apariencia basta y eterna, pero también limitado y decadente para sus últimos sobrevivientes.
24 Festival de Lima: Las mil y una (Competencia Ficción)
Una película que tranquilamente generaría polémica por cualquier bando. La película de Clarisa Navas no está lejos de la premisa de Kids (1995), perturbador filme de Larry Clark sobre un grupo de adolescentes experimentando con las drogas y el sexo mediante una actitud irreflexiva y cínica, llegando incluso a las fronteras de la perversión. Las mil y una (2020) no es menos perversa que la película de Clark, pero sí menos gráfica. Se podría decir que es una versión romantizada del caso, porque tiene personajes delicados e ingenuos, “ángeles”, fáciles de persuadir sin siquiera hacer un esfuerzo de persuasión. Navas parece referirse a una reciente generación acostumbrada a hacer valer sus opiniones y deseos, al no hacer caso a las advertencias que interpretan como chismes. Es decir, han sido educados a ser inconscientes, a no evaluar las consecuencias que implica, por ejemplo, la libertad sexual.
24 Festival de Lima: Sin señas particulares (Sección Ficción)
A pesar que los temas de la inmigración y la violencia son constantes en el cine mexicano, la película de Fernanda Valadez se percibe como una propuesta distinta dado que vincula a estas dos realidades un tópico que en los últimos años se ha venido consolidando en el cine latinoamericano. Sin señas particulares (2020) apela a esa señas imperceptibles que deja la violencia al borde de la frontera entre México y EEUU; cuerpos calcinados, restos u objetos que bien podrían ser irreconocibles para algún familiar. Esto nos traslada a la historia de Magdalena (Mercedes Hernández), una madre que no ha tenido noticias de su hijo desde que este se marchó días atrás de casa para cruzar la frontera. El filme reconoce una oficina del Gobierno encargada de hacer inventario de los restos y pertenencias de los NN, además de acoger a decenas de familiares que están en búsqueda de sus seres queridos; muchos que escapan del país, otros que simplemente desaparecieron.
domingo, 23 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: Volver a vivir (Competencia Documental)
Un documental sobre la memoria y la sanación colectiva. El director Wilfredo Medina hace remembranza a la matanza en Naylamp de Sonomoro, poblado ubicado en el departamento de Junín, y uno de los tantos que fue víctima de una masacre desatada por Sendero Luminoso. Volver a vivir (2020) se desarrolla durante la exhumación de la fosa común de los caídos a cargo del Ministerio Público, acontecido en el año 2016, 26 años después del genocidio. La película se divide en dos partes. La primera consta de la toma de testimonios de primera mano a los deudos. Es la recolección de las vivencias de distintos parientes a fin de reconstruir el instante exacto en que se desató la violencia. Ahora, es preciso entender que este ejercicio de la memoria no solo se reduce al reavivamiento del dolor para fines de archivo. Dentro de las circunstancias, el de los familiares que recientemente dieron sepultura cristiana a sus seres queridos, el acto de expresar sus testimonios resultar ser un cierre simbólico a sus respectivos lutos. Esto conlleva a la segunda parte del documental, la de la comunidad manifestando indicios de su reparación emocional, consagrando en los siguientes años la fecha que antes del 2016 era solo pesar.
24 Festival de Lima: Lavaperros (Competencia Ficción)
Desde que se asoman los primeros créditos, no puedo dejar de relacionar a la película de Carlos Moreno con los filmes de Guy Ritchie, un cine que también inicia sus historias en la mesa de algún mafioso o individuo poniendo al tanto a alguno sobre un golpe o venganza. El presentimiento no me falla. Lavaperros (2020), en efecto, se introduce a un mundo criminal, en este caso, colombiano. Las fantasías de Pablo Escobar y el narcotráfico en ese país resuenan. El relato nos presenta a personajes escabulléndose o buscando al enemigo, a secuaces vigilando por un lado y la policía por el otro. Al referirnos a Ritchie, no nos introducimos a una atmósfera dramática o de acción, sino al de una comedia negra. Moreno, al igual que el director británico, asume ese perfil cómico que no deviene necesariamente de los hechos, sino de la caricaturización de estos estereotipos de la criminalidad que se han visto una y otra vez en las inmediaciones de la cultura popular.
Lavaperros trata sobre la afrente entre dos jefes de la mafia organizada, a propósito de una cuenta económica no saldada. Vemos así más de un protagonista principal, cada uno definiendo su función o propósito de manera individual, pero sin salir del ámbito principal. Esto último la aparta de definirla como una película de historias cruzadas, pues los personajes no pierden la ruta de los otros. Es mediante esta norma que la historia descubre el polvorín que definirá los destinos de cada uno, ese elemento que al desaparecer descubrirá los verdaderos rostros y motivaciones de los personajes. Es de esas historias de “nadie sabe para quién trabaja”. Nuevamente, Ritchie. Lo cierto es que Carlos Moreno no tiene la producción ni la ambición de crear todo un circuito de enredos y desencuentros, gesto que por momentos ralentiza el ritmo de la acción y no promueve gran resolución de los hechos.
24 Festival de Lima: A media voz (Competencia Documental)
Una correspondencia fílmica emprenden las directoras Heidi Hassan y Patricia Pérez en este documental. Ambas son cubanas, aunque ya llevan tiempo radicando en el continente europeo cada una por su lado. Lo que en principio se denota como un diálogo entre dos personas renovando sus votos de amistad, luego se va abriendo a un intercambio de experiencias migratorias. A media voz (2019) toma como premisa un abismo emocional que existe entre estas dos cineastas surgido a propósito de su diferencia de pensamientos. Esa divergencia de inclinaciones que sufren estas dos viejas amigas, es la misma que ha expresado el cine cubano desde hace décadas: la esperanza o el desarraigo que existe entre las personas/personajes hacia la isla, espacio que bien suscita idealismos o pesimismos, que genera compromiso o escapismo. Esto, obviamente, describe a la nación caribeña como un espacio abierto por un abismo, y las antiguas amigas no son ajenas a esa realidad.
24 Festival de Lima: A febre (Competencia Ficción)
La ópera prima de Maya Da-Rin toma como premisa la rutina de un guardia de seguridad de una zona portuaria que experimenta un leve giro a propósito de una fiebre que implica una razón misteriosa. Sucede que hay evidencia que otras personas que tienen el mismo origen de este hombre han comenzado a experimentar mismos síntomas. Justino (Regis Myrupu) es uno de los tantos nativos de la zona amazónica del Brasil que migró a alguna ciudad para laborar y criar a su familia bajo las condiciones de la ciudad misma. Qué hace entonces que un puñado de estas personas comience a “enfermar” de algo que parece imperceptible –o incomprensible– a los ojos del resto, incluyendo los hijos del protagonista. A Febre (2019) es una película plagada de elementos que aguardan ser interpretados. Están los sueños de Justino, los indicios de sonambulismo que experimenta él y otros migrantes de la Amazonía, así como la repentina tensión que surge entre este y el nuevo empleado que lo reemplaza en el turno de vigilancia. Todos son hechos a medias que envuelven al relato en una atmósfera extraña e inexplicable.
Es a partir de este gesto ilógico que Da-Rin comienza a definir el estado de no correspondencia que ha comenzado a experimentar Justino; el hombre que de pronto se siente repelido en la ciudad. No es coincidencia que la fiebre le haya llegado al mismo momento en que a su hija –la única con quien vivía– le surgió una oportunidad laboral para vivir en la capital. Tampoco es coincidencia que los primeros síntomas de esa misteriosa enfermedad aparecieron cuando fue contratado un hombre que anteriormente había sido capataz en un caserío amazónico. Da-Rin nos traslada a un conflicto histórico, el de los latifundistas sometiendo a los nativos de la selva amazónica a trabajos infrahumanos. Es decir, Justino se ve intimidado por este invasor que ha llegado a asaltar su espacio laboral. Es el enemigo de su comunidad por tradición que ha venido a perturbarlo, o es que simplemente reclama su lugar. Surge entonces la pregunta: ¿Quién es el invasor? ¿Es el nuevo empleado, modelo castigador de nativos, o acaso Justino, el nativo que llegó a la ciudad intentando asentarse?
“La fiebre” es una metáfora del descubrimiento de las fronteras territoriales, la separación innegable entre el sujeto citadino y el sujeto de la ruralidad amazónica, algo que seguramente Justino nunca ha dejado de percibir, pero que ahora es muy evidente o sintomático. De ahí la razón de sus sueños, expresión simbólica. La revelación del inconsciente interpretada como una alegoría de la normativa que rige en la realidad. A propósito, la función de los sueños no está lejos de la función de los mitos. Por alguna razón, Justino narra a su nieto esa historia de un hombre raptado a una tierra desconocida en donde monos deciden sacar provecho de sus habilidades, y, más adelante, comparte su sueño a su hermano en donde se extravía en un espacio dominado por la oscuridad salvo el piso que brilla como el asfalto. Los mitos y los sueños dan respuestas al principal malestar de Justino, algo que también han comenzado a padecer sus iguales, y no sus hijos, los criados bajo las pautas de esa realidad que para él ya no tiene sentido y solo le causa malestar.
sábado, 22 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: Círculo de Tiza (Competencia Documental)
Lo mejor de este documental acontece cuando el protagonista de este retrato tiene que “enfrentarse” a la secuencia más difícil e incómoda. Jorge Acuña, reconocido mimo de las plazas peruanas, se reúne con sus hijos, quienes hablan –o intentan hablar– sobre su padre. Es uno de los cuantos instantes en que la magia que rodea al artista se diluye y la realidad lo succiona a propósito de los comentarios desordenados, reproches camuflados, reflexiones a medias por parte de ese grupo de personas mayores de cuarenta años refiriéndose a la figura difusa que para ellos representa su padre. Círculo de tiza (2020), hasta cierto punto, suspende el homenaje al artífice de mundos inventados a fin de descubrir el lado áspero que implicó su imaginación, su oficio como payaso de plazas abiertas, esa representación que sirvió como una ventaja limitada para huir de sus antecedentes.
24 Festival de Lima: Algunas bestias (Competencia Ficción)
El cine nos ha enseñado que el encierro es un estimulante de la crisis. Desde Ingmar Bergman hasta John Carpenter, nos han mostrado historias en donde el refugio o alejarnos del resto conlleva la exteriorización y convivencia con fantasmas y monstruos que siempre compartieron nuestro mundo. Algunas bestias (2019) relata la estadía provisional a una isla ubicada al sur de Chile de una familia joven junto a los suegros, los padres de Ana (Millaray Lobos). Incluso antes que aconteciera una insólita “desaparición”, las bestias ya se veían manifiestas. Esta no es una película alineada a lo sobrenatural ni tampoco que se reduce a una crisis familiar. Aquí los personajes parecen emular las dinámicas sociales chilenas. Al igual que en Parasite (2019), vemos a clanes respondiendo a una postura moral y social que no han concientizado, y arremeten su desencanto o furia hacia la sociedad misma a propósito del comportamiento del “otro”, ese sujeto contrario a su círculo, que bien los retrasa o los margina. El director Jorge Riquelme, así como el filme de Bong Joon-ho, retrata un desencuentro entre las clases sociales en donde el espacio es simbólico, y se convierte en cómplice y testigo de un enfrentamiento social.
24 Festival de Lima: Dopamina (Competencia Documental)
La remembranza al pasado político de sus padres es excusa para que la directora de este documental ponga en jaque las posturas que estos mismos tienen respecto a su homosexualidad. Dopamina (2019) relaciona la política de género con la política de izquierda, ambas reconocidas como militancias que buscan la igualdad de derecho. A la línea de ese razonamiento, esta relación consolida un cuestionamiento que Natalia Imery sugiere a sus progenitores: ¿Cómo es que los que lucharon en un pasado por la democracia en la actualidad no son capaces de digerir la libertad sexual de la primogénita? Se abre así el debate, aquel que no necesariamente apunta sus dardos hacia los padres, sino que también está abierto al autocuestionamiento, por ejemplo, cuando se hace referencia a las posturas románticas desde una lectura de género y cómo ciertos discursos cancelan las tendencias emocionales interpretadas como síntomas de represión.
24 Festival de Lima: El canto de las mariposas (Competencia Documental)
Un documental que reconoce al arte como vínculo entre el artista y su historia. La directora Nuria Frigola nos introduce a las pinturas de Rember Yahuarcani, autor que confiesa que sus retratos no son suyos, sino una interpretación. “Ella me habla y yo pinto”; afirma, refiriéndose a su abuela quien años atrás abandonado el mundo terrenal y que ahora cumple una función de instructora artística desde el más allá. Rember es uno de los pocos miembros de la comunidad uitoto. De su clan, ya casi no hay rastro. Es a partir de esa evidencia que El canto de las mariposas (2020) no trata sobre la creación del joven pintor, sino del valor tradicional que esta representa. El arte se convierte en una expresión cultural, la preservación de la palabra, y esto, bajo las configuraciones de las creencias de varias comunidades amazónicas, es literal. Adicionalmente, la creación es para Rember un valor emocional. La pintura se ha convertido en un canal espiritual entre él y su abuela. Es decir, cada que pinta, él revive sus vínculos tradicionales, a pesar de estar a distancia.
miércoles, 19 de agosto de 2020
24 Festival de Cine: Blanco en blanco (Competencia Ficción)
La película de Theo Court está dominada por una serie de evidencias que traslucen una época obscena. Estamos en la Tierra del Fuego a finales del siglo XIX, territorio que se encuentra en pleno proceso de colonización bajo las órdenes de un importante latifundista extranjero. La historia inicia con la llegada de Pedro (Alfredo Castro) a esa zona. Él es un fotógrafo que ha sido contratado para tomar las fotos del próximo matrimonio del señor de esas tierras. Diríamos que la presencia del recién llegado es su adentramiento a este lugar indecente, pero el hecho es que este mismo personaje desde un principio ya revelaba antecedentes inmorales. A la línea de ese argumento, Blanco en blanco (2019) trata sobre el poder casi omnipotente que representaron los latifundistas dentro de sus dominios. Esta idea se consolida ante la no presencia de Mister Porter, el amo invisible del territorio. Es como el jefe de la mafia al que muy pocos pueden acceder. Muchos no lo han visto, sin embargo, trabajan para él. Esa se podría ser que es la primera confusión de Pedro, quien, cual apóstol en formación, al no ver, no cree, y, por tanto, no respeta.
24 Festival de Lima: Mujer de soldado (Competencia Documental)
El documental de Patricia Wiesse nos acerca a la denuncia de un grupo de mujeres provenientes de Manta, provincia de Huancavelica, quienes, al igual que muchas de esa localidad, fueron víctimas de violaciones sistemáticas sometidas por los militares durante el Conflicto Armado a mediados de los ochenta. Mujer de soldado (2020) toma como premisa el proceso judicial de Magda hacia el militar que abusó de ella cuando apenas era una menor de edad. Luego de quince años, ella ha retornado a su natural Manta, lugar de los hechos, a fin de enfrentar a su agresor. Lo interesante del documental es que combina las memorias personales –muchas de estas son recuerdos afables– con el testimonio de la violencia, a partir de las voces de Magda y otras tres mujeres que también pasaron lo mismo que su compañera. La dirección ingresa a este pequeño colectivo de personas que inician su charla haciendo una remembranza a una infancia que tuvo un antes y un después tras la llegada de los militares.
24 Festival de Cine: Los fantasmas (Competencia Ficción)
Es el último segmento de la ópera prima de Sebastián Lojo la que le otorga una cuota de interés. Su historia está dominada por dos protagonistas duales, aquellos que tienen un perfil público y otro privado, en uno son casi héroes, mientras que en esos otros roles son ejemplo de una ciudad traidora. Los fantasmas (2020) trata sobre la forma de ganarse la vida de dos personas, siendo la prostitución y el robo las que levemente apañan las presencias carismáticas de estos personajes. Una escena vital, y tal vez la que confunde a Koki (Marvin Navas), el guía turístico, es cuando este es curado por su socio, el dueño de un hotel. Es una escena casi paternal, pero que curiosamente es abstemia de diálogo y no deja de representarse entre las sombras. Es como si se repeliera a cualquier posibilidad de sentimentalismo. Más adelante, es en ese mismo lugar, nuevamente bajo el crepúsculo, que ambos personajes intercambian miradas. Otra vez, sin decir nada, dan cuenta del fin de una sociedad que parece ambos lamentan. Obviamente, Koki está fuera del juego y es ahí cuando emprende su ruta fantasmal, el de un desterrado de un espacio que de por sí era zona exiliada.
24 Festival de Lima: Las ranas (Competencia Documental)
Al igual que en su película La noche (2016), Edgardo Castro nuevamente nos introduce a una realidad obscena observada tras un filtro que humaniza a sus personajes. La protagonista es una joven madre con un doble oficio. Ella es vendedora de medias y también es visitadora en una cárcel. Las ranas (2020) lleva ese título por el apelativo con que se les conoce a las mujeres dedicadas a hacer compañía sentimental a reos y que de paso logran traficar objetos o sustancias prohibidas a la penitenciaria. Aquí también Castro disfraza a la ficción de registro documental. Lo hace, por ejemplo, a partir de la limitación del diálogo. Este recurso, por un lado, otorga un aire de cotidianidad en donde no se percibe una intromisión o efecto de falsación, y, por otro lado, descubre el perfil sensible de sus personajes, quienes escatiman las palabras a fin de que sus propias presencias den significado a la escena de la que forman parte.
24 Festival de Lima: Manco Cápac (Competencia Ficción)
La nueva película de Henry Vallejo parece un filme de sobrevivencia, pero no representado bajo las convenciones que refieren a ese tópico que de inmediato nos asocia al cine de aventura o acción, en donde el humano está expuesto a la naturaleza que revela trampas meteorológicas, animales indómitos, y además es carente de cualquier tecnología o comodidad que provee la “civilización”. En su lugar, lo salvaje, los cambios intempestivos de clima y otros retos se traducen bajo los códigos de la urbanidad, espacio que aparenta ser un lugar privilegiado respecto a esos territorios no céntricos, o al menos así lo asume el protagonista de esta historia. En Manco Cápac (2020), tenemos a un joven, una suerte de aventurero, insertándose bajo propia convicción a un espacio que para él es territorio virgen; es decir, que desconoce de sus leyes y normativas. Muy pronto, sufrirá un naufragio en esa ciudad puneña, y entonces se inaugura su enfrentamiento y reconocimiento territorial en solitario. Nuevamente, parece un filme de sobrevivencia, pero no lo es, porque aquí el martirio no existe.
Manco Cápac escapa de cualquier efecto dramático. Y es que cada que pretendemos conmovernos por este personaje de postura tímida e inocente –a continuación, un prejuicio–, digno de ser auxiliado, este joven juega sus cartas, encuentra la solución a su carencia o, simplemente, decide no retorcerse ante la situación que lo desventaja, porque él sabe que esto es solo momentáneo. No se le ve mordiendo el polvo ni tiene deseos de rogar, inclinarse o escupir al cielo. Esto va más allá de la dignidad. El protagonista de esta historia es un merecedor sobreviviente de cualquier catástrofe que se avecine. Es decir, nadie tiene derecho a brindarle algún gesto por lástima. A diferencia de la mayoría de náufragos del mar o de la selva, el personaje de Vallejo no depende de la suerte. Tal vez sí del buen gesto humano, pero no olvidemos que esto mismo no viene gratis, sino que también es el efecto de una estrategia, un acto de persuasión que implica, por ejemplo, al muchacho visitando una y otra vez a la mujer que un día le ofreció –no le regaló– un plato de comida a una tarifa mínima. Lo vemos incluso ofreciéndole un presente, posiblemente, anticipándose a una posible próxima situación en que esté en un nuevo apuro.
lunes, 10 de agosto de 2020
24 Festival de Lima: Conferencia de prensa
Del 21 al 30 de agosto, se realizará el 24 Festival de Cine de Lima PUCP, que dada las circunstancias emprende una edición online. Serán más de 30 películas las que estarán disponibles a través de la página www.ccpucpencasa.com, en donde también se podrán adquirir las entradas. Estas son las películas en competencia:
COMPETENCIA FICCIÓN
Argentina
EL CUIDADO DE LOS
OTROS de Mariano González
EMILIA de César Sodero
Argentina-Alemania
LAS MIL Y UNA de Clarisa Navas
Brasil
MEU NOME É BAGDÁ
de Caru Alves de Souza
Brasil – Francia
- Alemania
A FEBRE de Maya
Da-Rin
Chile – España –
Alemania - Francia
BLANCO EN BLANCO
de Théo Court
Chile
ALGUNAS BESTIAS
de Jorge Riquelme
Colombia
LAVAPERROS de
Carlos Moreno
Cuba – Costa Rica
- Francia
AGOSTO de Armando
Capó
Guatemala-
Argentina
LOS FANTASMAS de
Sebastián Lojo
México
BLANCO DE VERANO
de Rodrigo Ruiz Patterson
México - España
SIN SEÑAS
PARTICULARES de Fernanda Valadez
Perú
MANCO CAPAC de
Henry Vallejo
LA RESTAURACIÓN
de Alonso Llosa
SAMICHAY, EN
BUSCA DE LA FELICIDAD de Mauricio Franco
COMPETENCIA
DOCUMENTAL
Argentina
LAS RANAS de
Edgardo Castro
Brasil
FICO TE DEVENDO
UMA CARTA O BRASIL de Carol Benjamin
FÉ E FÚRIA de
Marcos Pimentel
Chile
EL AGENTE TOPO de
Maite Alberdi
Colombia –
Uruguay - Argentina
DOPAMINA de
Natalia Imery
Cuba
A MEDIA VOZ de
Heidi Hassan y Patricia Pérez
México
MARICARMEN de
Sergio Morkin
COSAS QUE NO
HACEMOS de Bruno Santamaría
Perú
CÍRCULO DE TIZA
de Jean Alcócer y Diana Daf Collazos
MUJER DE SOLDADO
de Patricia Wiesse Risso
EL CANTO DE LAS
MARIPOSAS de Núria Frigola Torrent
VOLVER A VIVIR de
Wilfredo Medina Padilla
Venezuela
ÉRASE UNA VEZ EN
VENEZUELA de Anabel Rodríguez Ríos
Las recomendadas
En Competencia Ficción resalta la brasileña A febre, las mexicanas Blanco de verano y Sin señas particulares, la chilena Blanco en blanco y las argentinas El cuidado de los otros y Las mil y una. En Competencia Documental la cubana A media voz, la chilena El agente topo, la venezolana Érase una vez en Venezuela y la argentina Las ranas.
El invitado de honor
de este año será el cineasta francés Olivier Assayas, de quien se podrá ver
tres de sus películas, incluyendo el clásico Irma Vep. Habrá varios eventos gratuitos y online. Desde hoy lunes
10 hasta el viernes 14, se realizará la preventa de entradas. Todas las
entradas adquiridas tendrán una duración de 48 horas.