domingo, 31 de julio de 2016

El buen amigo gigante

Una huérfana, rebelde y solitaria niña cierta madrugada será raptada por un gigante y llevada a la Tierra de los Gigantes. Esa es en síntesis la trama de El buen amigo gigante (2016), lo reciente de Steven Spielberg, quien siempre se siente seducido por los viajes a mundos de fantasía, lugares que inician como una imaginación y más adelante son cristalizados, y en donde vemos a personajes abatidos que observan en esta aventura una oportunidad para romper con su entristecida cotidianeidad. Esto no solo corresponde a la naturaleza de su heroína Sophie, sino también al de su gigante principal. El “enano” BFG ciertamente no será rebelde, pero al igual que la pequeña es un desamparado, tanto por su sociedad y además no tiene familia. Este, adicionalmente, posee una esencia melancólica y huraña pronunciada, haciendo de su personalidad sumisa y pasiva. Esto enternece y lo convierte en el gran atractivo de toda la película.
Su historia original corresponde a uno de los tantos relatos infantiles creados por Roald Dahl, tales como “Charlie y la fábrica de chocolates” y “Matilda”. Spielberg desde hace años se convirtió en un recurrente de la literatura infantil. Tomemos en cuenta además que en varias ocasiones sus protagonistas fueron niños, en donde la presencia adulta es casi nula o esquiva. Los pequeños en sus películas se ven enfrentados a criaturas horrendas. Estos, curiosamente, cobijan un comportamiento sensible o reprimido. De esta forma se desmitifican los estereotipos, como el inofensivo extraterrestre (E.T. el extraterrestre, 1982), el pirata de antecedentes benefactores (Hook, 1991), robots con sentimientos (Inteligencia artificial, 2001) o su gigante vegetariano y amistoso. BFG, bautizado así por Sophie, es la excepción dentro de su actual generación de gigantes. Todos se han convertido en una larga lista de definiciones que se traduce y resume en consumidores de una “dieta de humanos”.
Gran parte de El buen amigo gigante está realizado bajo una tecnología de captura de movimiento, técnica que el director estadounidense también había aplicado para su adaptación de Las aventuras de Tintín (2011). Esta se desarrolló para las escenas de los gigantes. En tanto, otra gran proporción fue sostenida por la tecnología digital, como es en las escenas de la captura y la alquimia de los sueños realizados por BFG. Esta última junto con la correría del gigante de la ciudad a la Tierra de los Gigantes son las secuencias visualmente más logradas. El buen amigo gigante tiene en general un humor delicado e inofensivo como sus mismos personajes. A diferencia de otras realizaciones de Steven Spierlberg, esta historia no precisa se escarbe una interpretación complementaria. La idiomática es netamente infantil; su misma comedia lo es. Se adjunta, sin embargo, ese aliento melancólico que de paso despierta la nostalgia por el idioma de fábula, en donde las resoluciones no tienen que ser cerebrales. La Reina aliada con un viejo gigante, ¿cómo así? Pero dentro de la fantasía planteada se ajusta.

martes, 26 de julio de 2016

Miles ahead

Buen debut de Don Cheadle, quien, además de dirigir, interpreta al ícono del jazz, Miles David. Miles ahead (2015) se inspira en base a dos momentos biográficos del trompetista; uno desarrollándose en un presente y el otro a modo de remembranza. El primero consta del encuentro entre Davis y un reportero durante una temporada de estancamiento creativo del músico. El segundo exhibe el romance entre Davis y una danzante para cuando el compositor se encontraba en el mejor momento de su carrera. El primero es de lejos la historia más atractiva. En esta, Davis y Dave Braden (Ewan McGregor) parecen emular una buddy film a propósito del robo de un objeto valioso para el jazzista. En esta sección veremos alcohol, drogas, pistolas y disparos, autos en fuga, vestimentas estridentes, un representante musical con pinta de mafioso y un guardaespaldas de dos metros. De ser gráficas las escenas de violencia, se diría que estaríamos tratando con una blaxploitation.
Miles ahead, sin embargo, no cruza esa línea de lo políticamente incorrecto. A lo sumo, la personalidad de Davis es lo más osado del filme. En ese presente, el músico no es músico, en lugar de eso es un desaforado, un “hueso duro” que fastidia a todo el que se le cruce, y esa misma fama es digerida por aquellos que ya lo conocen. Muy contrario a este es su pareja, el supuesto reportero de la Rolling Stones, quien solo quería una historia y terminó inmiscuyéndose en tremendo aprieto. Braden es el “policía por accidente”, ese personaje clave en las buddy films que tuvo gran alza por los años ochenta otorgando una cuota de comicidad e ingenuidad en la trama. El personaje de McGregor es el que otorga pasividad en la dupla. Él se mueve según lo que dicte Davis. Se diría que Don Cheadle en Miles ahead desea desmitificar plenamente el concepto del biopic tradicional (que le rinde honor a una personalidad y protagonismo al género musical que, en este caso, lo implica), pero es su segunda trama la que lo jala a esa fila, sobre el lado popular y de atractivo paparazzi.

domingo, 24 de julio de 2016

Maligno

El filme dirigido por Paco Bardales y Martín Casapía reitera esa inclinación por amoldar al “maligno” bajo los prototipos de j-horror. El montar una aparición femenina de aspecto famélico, cabello negro enfrente, haciendo crujir su esqueleto, es totalmente desabrido a estas alturas, incluso viniendo de un género que hoy en día –la mayoría de dichas producciones– recicla mismos argumentos y estereotipos. Existen, sin embargo, clichés que hace rato han pasado su límite de reúso. El gran enemigo de Maligno (2016) es uno de esos clichés y, por lo tanto, degrada las expectativas. Cosa distinta ocurre con lo resto. El filme de Bardales y Casapía no posee percances técnicos o está representado por un elenco extenuado. Es decir, cumple con las exigencias mínimas que a grandes rasgos colaboran con las normas de la verosimilitud en toda película. Lo más representativo, su banda sonora y su dirección artística. Ambas recargando el drama y antecediéndose a cualquier acontecimiento.
La trama en Maligno es simple. Un recinto encierra un espíritu malvado que busca algún huésped que le servirá de conducto al mundo real. Como suele suceder, las principales víctimas aquí son las personas que están inmersas en un estado de fragilidad, en este caso, dentro de su alicaído círculo familiar. Durante la trama, la ingenuidad o el escepticismo ante lo que está sucediendo será el contrapeso para que el terror se dilate. Como recurso para el acecho o la cacería, es imprescindible el contexto del lugar. El “maligno” se desplaza enteramente entre los pasadizos y cuartos del oscuro y precario recinto. Esto lo convierte en un espacio laberíntico más efectivo que las tumbas de Cementerio general (2013). Ya para el final, el enfrentamiento en Maligno es el enfrentamiento de La noche del demonio (2010). Tal vez si no hubiera conciencia de esto, sería la mejor secuencia de la película. Al menos en este filme un chamán no se enfrenta con un espíritu a golpes.

miércoles, 20 de julio de 2016

20 Festival de Lima: Conferencia de Prensa

Del 5 al 13 de agosto va la 20 edición del Festival de Lima. La programación de este año sobrepasa las expectativas. Aquí la lista de las películas en competencia:
COMPETENCIA OFICIAL FICCIÓN
ARGENTINA
LA LARGA NOCHE DE FRANCISCO SANCTIS de Andrea Testa y Francisco Márquez
LA LUZ INCIDENTE de Ariel Rotter

BRASIL
AQUARIUS de Kleber Mendoca Filho
NEON BULL de Gabriel Mascaro
CASI MEMORIA de Ruy Guerra

CHILE
NERUDA de Pablo Larrain
AQUÍ NO HA PASADO NADA de Alejandro Fernández Almendras
SIN NORTE de Fernando Lavanderos     

COLOMBIA
OSCURO ANIMAL de Felipe Guerrero

ECUADOR - MEXICO - GRECIA
ALBA de Ana Cristina Barragán

MÉXICO
EPITAFIO de Yuleine Olaizola y Ruben Imaz
SEMANA SANTA de Alejandra Márquez 
DESIERTO de Jonás Cuarón

PERÚ
EL SOÑADOR de Adrian Saba
LA ÚLTIMA TARDE de  Joel Calero
WIK de Rodrigo Moreno del Valle

URUGUAY
EL APOSTATA de Federico Veiroj

VENEZUELA - MÉXICO
DESDE ALLÁ de Lorenzo Vigas


COMPETENCIA OFICIAL DOCUMENTAL
ALEMANIA
SOMOS CUBA de Annett Ilijew      

ARGENTINA
LAS LINDAS de Melisa Liebenthal
FAVIO, CRONICA DE UN DIRECTOR de Alejandro Venturini

BRASIL
CINEMA NOVO de Erik Rocha
CURUMIM de Marcos Prado

COLOMBIA
El INFINITO VUELO DE LOS DIAS de Catalina Mesa

ECUADOR
UN SECRETO EN LA CAJA de Javier Izquierdo

MÉXICO
PLAZA DE LA SOLEDAD de Maya Goded
TEMPESTAD de Tatiana Huezo

PERÚ
WHEN TWO WORLDS COLLIDE de Heidi Brandenburg y Mathew Dorzel

PORTUGAL – FRANCIA
EL DORADO SIGLO XXI de Salomé Lamas


Las que no deben perderse
En Competencia de Ficción; las argentinas La larga noche de Francisco Sanctis y La luz incidente, las brasileñas Aquarius y Neon bull, las chilenes Neruda y Aquí no ha pasado nada, la mexicana Epitafio, la uruguaya El apóstata, la venezolana Desde allá, y además las peruanas en donde La última tarde es la única que hace su estreno mundial.

En Competencia Documental; la argentina Las lindas, las mexicanas Plaza de la soledad y Tempestad. No perderse la producción portuguesa francesa Eldorado XXI (el cual meses atrás le dedicamos una crítica) sobre las comunidades mineras en La Rinconada.

De la nueva sección Imprescindibles Las del 2016 (la sección más motivadora de la programación) todas son necesarias de ver. Forushande (Asghar Farhadi), Ma loute (Bruno Dumont), Fae bei sogni (Marco Bellocchio), Loving (Jeff Nichols) y Elle (Paul Verhoeven); todas compitieron este año en la reciente edición en Cannes. En la sección de la Semana de la Crítica de Cannes; Mimosas (Oliver Laxe), Les deux amis (Louis Garrel) y Ni le ciel ni la terre (Clément Cogitore).

En la sección Ambulante; Corazón de perro (Laurie Anderson), Don Juan (Jerzy Saldkowski), El hombre que vio demasiado (Trisha Ziff), Sonita (Rokhsareh Ghaem) y Tierra de iluminados (Pieter-Jan De Pue). En la sección Norteamérica en Lima Cine Independiente; Lovesong (So Yong Kim), Strike a pose (Ester Gould y Reijar Zwaan) y Litte men (Ira Sachs, quien va tomando presencia en el circuito indie en EEUU).

En la sección La vuelta al mundo en 8 días; Above and bellow (Nicolas Steiner), Girl asleep (Rosemary Myers), Rara (Pepe San Martín), Captain fantastic (Matt Ross). También Kiki el amor se hace (Paco León), que según la crítica española es buena, aunque me reservo de lo que viene del director español.

En la sección Galas; Un monstruo de mil cabezas (Rodrigo Plá), La memoria del agua (Matías Bize), Mi amiga del parque (Ana Katz) y Poesía sin fin (Alejandro Jodorowski).
En la sección Múltiples Miradas; Camino a La Paz (Francisco Varone) y Maquinaria panamericana (Joaquín del Paso). De la sección Cine Árabe en Lima; In the last days of the city (Tamer El Said). De la sección Cine Suizo; L’ enfant d’en haut (Ursula Meier). De la sección Ritmos de Cuba para el Mundo; Sexo, maracas y chihuahua (Diego Mas Trelles).

A no perderse también la sección Grandes Clásicos Franceses Renovados y Espacio Filmoteca PUCP, que programan filmes restaurados como Cero en conducta (Jean Vigo), La gran ilusión (Jean Renoir), Ahí está el detalle (Juan Bustillo Oro), El esqueleto de la señora Morales (Rogelio A. González), además de otras.


El invitado de honor de este año es Luc Dardenne. En su nombre se proyectarán algunos filmes de los Dardenne. Una pena no se programe El hijo o El silencio de Lorna; las mejores películas del dúo. Se hará además un homenaje al actor brasileño Lázaro Ramos y la documentalista peruana Nora de Izcue. La restauración del clásico cubano Memorias del subdesarrollo, de Tomas Gutiérrez Alea, será la película que inaugurará el Festival de Lima.

jueves, 7 de julio de 2016

6 Lima Independiente: Las mil y una noches

Miguel Gomes es un director atraído por la narrativa fabulada. Esto obliga a que sus películas posean un argumento multiforme, en donde su dialéctica asume además una postura testimonial producto de alguna reminiscencia o alucinación. Por otro lado, esto mismo es la gesta de relatos extravagantes que, ocasionalmente, descienden al terreno de la fantasía y la ensoñación. La trilogía de Las mil y una noches (2015) se estructura bajo esos preceptos. La premisa sobre la infeliz esposa que narra historias a su rey a fin de no perder la cabeza siempre es incólume; sin embargo, Gomes se siente libre de recrear la formalidad con que aborda este circuito de cuentos. Así como en sus anteriores películas, el director asume una postura transgresora respecto al marco narrativo. Aparte de esta, existe otra premisa que se mantiene perenne. La intención del autor es construir la realidad social-económica en estado de crisis del actual Portugal, a partir de una visión ficcional. Es así como la reina Scherazade (Crista Alfaiate) decide entretener a su esposo contándole historias tristes sobre esa nación.
Las mil y una noches se estructura en tres partes, cada una de estas compuestas por tres historias principales, siendo la mayoría fruto de esas narraciones nocturnas de  Scherazade, las cuales se extienden hasta el amanecer de un día siguiente. La trilogía se inicia con una introducción. Un travelling va surcando una estibadora, esta mencionada como una de las más grandes e importantes en Europa. En paralelo, se escuchan voces en off de algunos de sus empleados. Estos manifiestan la importancia de esta fábrica portuaria como principal sustento de sus familias. Al rato, no enteraremos el cierre de la misma y, en consecuencia, un despido masivo. Esta es la antesala a las reformas de austeridad aplicada en Portugal. En tanto, un director (interpretado por el mismo Gomes) es contagiado por esa desolación que se ha expandido en su nación. Lo de la estibadora es apenas un síntoma. El director medita y rebusca la forma cómo manifestarse frente a esa multitud de voces que son víctimas del desamparo (es el perfil comprometido). Ante la angustia y responsabilidad, el director no ve más solución que escapar despavorido dejando atrás a su equipo técnico (es el perfil irónico ante la atmósfera trágica). Ese es el inicio de una trilogía consecuente con la realidad en Portugal, aunque sujeta por una contemplación sarcástica.

Las historias que componen a Las mil y una noches escenifican la realidad depresiva de una sociedad. Los personajes son las víctimas de una crisis (a excepción del primer relato en donde los personajes son representantes de la troika). Esta los ha arrastrado a súbitos infortunios, el desencantamiento por la realidad, la reformulación de la moral dentro de un contexto en el cual el delinquir es equivalente a sobrevivir. Cada historia de pronto es el cobijo de un nuevo testimonio desafortunado. El cine cumple entonces su función de sillón terapéutico que documenta mediante la oralidad (un profesor de natación entrevistando a unos desempleados) o el material de archivo. Si bien todo es ficción, Gomes registra también desde un idioma testimonial. Un aparte, a propósito del material de archivo; este se ve claramente definido en el testimonio de una asiática. Es curioso este paralelismo narrativo que antes ya se había en otro filme portugués como es La última vez que vi Macao (2012), de Joao Pedro y Joa Rui Guerra. En un primer plano se plantea la ficción; una voz en off que también cumple su carácter testimonial. En un segundo plano, una segunda historia dispone una mirada documental. Es decir, lo real contextualiza a la ficción. Algo que también se puede reconocer en la fílmica del italiano Pietro Marcello.
Las mil y una noches, como ya se ha mencionado, se convierte en una obra polifónica en donde muchas voces se reúnen a propósito de una deficiencia coyuntural. Hay también una multitud de dialectos impresos que curiosamente se comprenden dentro de las leyes de la ficción. Es como si la realidad de la crisis financiera en Europa hubiera fundado una “Torre de Babel” que circunscribe a ese continente y a sus vecinos cercanos. 

martes, 5 de julio de 2016

6 Lima Independiente: Bella e perduta

Hace algún tiempo pude ver La bocca del lupo (2009). En este filme, Pietro Marcello emprende un documental que por momentos se alinea al corte ficcional. La historia se centra en un hombre que acaba de salir de la cárcel. Este mismo cuenta su amor con una exreclusa travesti y su largo prontuario tras las rejas. En paralelo, el director hace una remembranza a los primeros migrantes que llegaron a Sicilia; siendo su protagonista también parte de esta tradición. Una voz en off nos sitúa al pasado mediante un lenguaje poético; mientras tanto, una serie de metrajes antiguos desarrollan un perfil histórico de la migración en Sicilia. Es decir, al retrato de una vida y se intercala el de una generación a través del found footage. La bocca del luppo termina siendo una alegoría melancólica a los migrantes, aquellos que tienen un presente incierto dentro de ese espacio que no los correspondió y, como su protagonista, tuvieron que retornar a sus tierras con un fracaso sobre las espaldas. Bella e perduta (2015) se emparenta a similar evocación y estilo, en donde los protagonistas son parte de una alegoría construida por su director.
Bella e perduta se inicia con el ingreso a un mundo alterno. Este está habitado por figuras que aluden a los intérpretes de la comedia del arte italiano; un estilo de teatro popular adoptado por varios circuitos del teatro europeo en la época moderna. El enmascarado Pulcinella (Sergio Vitolo) será liberado de esta “cárcel” con la misión de ir a la “realidad” a asistir el último deseo del pastor Tommaso (Tommaso Cestrone); cuidar de una cría de búfalo abandonada por ser macho. Al igual que en La bocca del lupo, Marcello asume un perfil que asiste a una memoria, en este caso, a la misma Italia y sus tradiciones que van descendiendo rumbo a la agonía. Son tiempos de patrimonios abandonados, comediantes desertando, comunidades marchando en contra de la orfandad y la injusticia pública. La película es enteramente ficcional, mas no deja de manifestar ciertos brotes documentales. Es como si los acontecimientos de la fantasía o lo representado se vieran frecuentemente empujados a relacionarse a los acontecimientos de la actualidad, en donde la belleza bucólica y la herencia italiana han comenzado a perder su lugar.

6 Lima Independiente: Cemetery of splendour

Es apasionante el universo que ha venido evocando durante toda su fílmica Apichatpong Weerasethakul. En este observamos a imaginarios de naturalezas marcadamente antagónicas conviviendo a la línea de la cotidianeidad sin que ninguno de los dos tenga la necesidad de absorber al otro. Estamos hablando aquí de una utopía realizada. Existe pues un equilibrio de conocimientos, en donde las creencias y prácticas tradicionales son inmovibles, mientras que la modernidad va expandiendo su terreno mediante su tecnología y centros comerciales, sin provocar perjuicio en la primera. Este acuerdo de saberes y realidades se ven claramente expuestos en Syndromes and a century (2006), el cual se desarrolla enteramente en una ciudad, a diferencia de sus otros filmes del director tailandés en donde sus historias se gestan entre el campo y ocasionalmente se salta o se hace referencia a la ciudad, cuna de esa modernidad; la que, por cierto, poco a poco va exportando sus conocimientos rumbo a los espacios periféricos.
Se podría decir que Cemetery of splendour (2015) se convierte en una interesante dupla junto a Syndromes and a century. En esta nueva película, Weerasethakul centra nuevamente su historia en un contexto periurbano, sin embargo, vemos también los cambios que la modernidad se encuentra insertando, lo que hace creer que está a un paso de fundarse una nueva ciudad. Tal como se espera, las tradiciones de los residentes se mantienen intactas; muy a pesar, hay un punto de distinción que posiblemente la protagonista principal de esta historia logra percibir. El personaje aquí es una mujer madura que a diario se acerca al hospital de su comunidad para asistir a un grupo de soldados padecientes de una enfermedad que los obliga a dormir hasta por meses. Durante sus visitas, la mujer se ha apegado especialmente a un paciente, con quien se la pasa conversando o visitando lugares cada que este despierta. Cemetery of splendour luce como un drama romántico en donde la relación de una pareja pende de lo que dispongan esas dinámicas de lo tradicional y lo moderno. Ocurre pues que este soldado, al igual que el resto, son presas de este letargo a causa de los espíritus ancestrales que reclaman la energía de los que hoy habitan el territorio del hospital, que en realidad un día fue un cementerio de reyes. En tanto, la tecnología, a través de sus maquinarias modernas de luces alógenas, y la próxima fundación de un hospital de mayor envergadura, está en búsqueda de aplacar el sueño de los soldados.
Se entiende entonces que la curación del amante depende de lo que dispongan las ánimas o la sabiduría de la ciencia. Mientras tanto, la mujer y el soldado tendrán que conformarse con sus breves citas. Cemetery of splendour, al igual que los otros filmes de Weerasethakul, posee un aire plagado de misterio. Esto provoca que sus películas evoquen un sentido de incertidumbre sobre qué es real o factible. Los personajes del tailandés, a pesar de asociarse a lo que las tradiciones le dictan, no logran comprender del todo dicha sabiduría. En adición a esto, dicha incertidumbre parece arrastrarse también hacia otro ámbito que no se había percibido antes en la filmografía de Apichatpong Weerasethakul. Al final de la historia, su protagonista principal mira atónita hacia un paisaje. ¿Qué la ata a dicho asombro? ¿Es acaso esa incertidumbre por ese amor, que va trepando al deseo sexual, o por lo que sucederá para cuando la modernidad haya terminado de expandirse dentro de la comunidad? Lo primero ya está respondido. Por lo segundo; la modernidad en Cemetery of splendour provoca suspicacia. Esta nunca había intentado infiltrarse tanto dentro de ese contexto rural. El FBI, esposos en exportación, la infraestructura a punto de ultrajar cementerios reales, niños jugando en lo que será el nuevo territorio urbanizado. Son tal vez los primeros síntomas de incertidumbre respecto a ese otro saber todavía desconocido.

lunes, 4 de julio de 2016

6 Lima Independiente: Vita brevis y A crackup at the race riots

Al ver Vita brevis (2015), me acuerdo de Encuentros del fin del mundo (2007). En este documental, Werner Herzog viaja a las lejanas y exóticas tierras glaciares de Antártida. Durante una de sus secuencias más fascinantes, el director ordenará introducir un equipo de audio bajo las macizas capas de hielo; es decir, oirá lo que existe debajo de donde pisan los pocos exploradores asentados en dicho lugar. Lo que se oye es una fauna de cánticos cósmicos. A esto, Herzog pregunta qué clase de criaturas monstruosas omitirán tan bello sonido. En Vita brevis se manifiesta algo similar. En una laguna terrenal, una colectividad de insectos de apariencia monstruosa se reúne para cumplir una etapa dentro de su ciclo de vida. Estos se deshacen de sus antiguas corazas para luego bailotear entre el reflejo de las aguas, esbozando lo que parece su ritual de apareamiento. Es en ese transcurso que el sonido de la naturaleza está regido por el crujido particular de sus desmembramientos, además del zumbido frenético de sus aleteos. El director Thierry Knauff realiza un corto documental de énfasis estético y sinfónico, en donde los insectos, en complicidad con su hábitat, son los protagonistas dentro de una fotografía monocromática. Agradable; poco memorable.
A crackup at the race riots (2015) tiene la intención de hacer una visión de la contracultura estadounidense. El director Leo Gabin, inspirado en una lectura del también director Harmony Korine, reúne una serie de videos y audios encontrados en YouTube, en donde jóvenes esquematizan el imaginario de una nación juvenil vinculada con las fantasías injertas, desde tiempos memorables, por las políticas sociales del Tío Sam. Todo es el resultado de una sociedad nutrida por la cultura tradicional y la actual. No hay argumento, apenas ese nexo, además de una reiteración al suicidio y a una cantante country. Es obvio que A crackup at the race riots no hace mérito al pretender condensar los gestos underground de una nación. Apenas lo hace de una comunidad que esboza ese estilo suburbial que tanto gusta a Korine.

6 Lima Independiente: Balikbayan #1 Memories of overdevelopment Redux III

El valor de lo trascendente se ve expuesto en Balikbayan #1 Memories of overdevelopment Redux III (2015). Esta película reúne tres relatos independientes que dialogan entre sí, a propósito del registro histórico de Filipinas, nación que fue descubierta por el mundo occidental durante el siglo XVI por el explorador Magallanes. El director Kidlat Tahimik emprende su película en base a un material inconcluso –filmado en la década de los 70– y material actual. En la más antigua, veremos la historia de Magallanes junto a su esclavo Enrique, además de la historia aparte de un cronista italiano que también formaría parte de la tripulación destinada a dar la vuelta al Globo. En el material nuevo, contextualizada en la Filipinas presente, un viajante, gran conocedor de la cultura filipina, se verá obsesionado con la imagen de un misterioso hombre. Tahimik aborda el metraje encontrado, el falso documental y el relato ficcional, convirtiéndose en cronista sobre cronistas, testigos oculares e investigadores de la historia y la cultura de su nación.
Balikbayan #1 es desbordante, algo redundante en esa cuarta historia –larga cola de la película; una especie de making of–, aunque ingeniosa, esto en relación a su discursividad postmoderna. Hay una libertad plena al momento de dar una lectura personal en cuanto a la fuente histórica y una posterior reflexión sobre el valor trascendental dentro de la sociedad actual. El efecto de preservación y orgullo sobre la nación es un mensaje claro. Lo que propone Tahimik es, por ejemplo, lo que se ve expreso en algunas películas de Apichatpong Weerasethakul, en donde un circuito social convive con la modernidad sin divorciarse de sus tradiciones. A propósito de esto, son las secuencias anecdóticas en donde una mujer hace cálculos mediante un sistema de cuentas instalado en su Tablet o un niño de unos tres años practicando su dialecto paternal y maternal. Balikbayan #1, por último, es también una valoración al cine y su autor mismo –quien pasó de ser simple extra de un filme de Werner Herzog a un reconocido director de cine en su país–. Ambos se encuentran en actualización continua, sin embargo, son también agentes de la preservación. 

viernes, 1 de julio de 2016

6 Lima Independiente: The assassin

Nie Yinniang (Shu Qi) retorna a Weibo convertida en asesina para cumplir la promesa que le hizo a su maestra; matar a su primo como muestra de su posición en contra de la tiranía. Hou Hsiao-Hsien con The assassin (2015) hace continuidad de su cine referencial, en esta ocasión al género de las artes marciales. Como toda alusión de parte del director, existe, sin embargo, una necesidad por gestar dicho reconocimiento bajo su propio estilo. Su película, en tanto, remarca una contemplación estética con intención de fundar una historia épica en donde la lucha marcial cumple un protagonismo a segundo plano. En efecto, The assassin se sostiene de los estamentos argumentales del wuxia –llamado así al género de artes marciales asiáticas–. El relato camina sobre mismos arquetipos; por ejemplo, esa balanza entre la lealtad al amor y la lealtad a los conceptos. Sin embargo, es el preciosismo la constante que circunscribe el dinamismo de la acción como el mismo dramatismo de su historia. Entonces lo argumental se ve sutilmente restringido, mientras que la estética cumple un valor intrínseco.
The assassin por momentos parece depender mucho de su carácter de abstracción. Eso provoca que la película anímicamente se vea escindida. Tanto los encuadres abiertos como los planos que encierran a los personajes dentro de un fragmento de una pieza tradicional nunca dejan de ser atractivos; muy a pesar, esto cede a un límite de apreciación. La historia de una rivalidad familiar o la perdurabilidad de un romance no toman una profundidad que termina por sobrecoger anímicamente y, en su lugar, son los sentidos visuales los que se ven complacidos. Hou cita un género en razón a un esquema personal, esto a pesar de que pudiera asimilarse su película como un tributo al género wuxia. The assassin es tal vez un perfil desabrido del director de origen chino, quien en distintas películas ya había emprendido relatos sobre personajes migrando de sus conceptos a consecuencia de la temporalidad, la distancia entre sus tradiciones y nuevas concepciones, aunque no dejando de provocar una melancolía casi palpable. 

6 Lima Independiente: Ausma

Por encima de su trama conflictiva y demencial sobre simpatizantes y detractores soviéticos, Ausma (2015) es atractiva a propósito de su montaje, cuestión que no solo trae a la memoria a un director como Sergei Eisenstein –de quien toma la premisa de El prado de Bezhin, obra vetada y desaparecida por el filtro de Stalin, para inspirarse en su historia–, sino también a otros como Miklós Jancsó o Aleksey German; directores que se vieron atraídos por el despliegue de extras muy bien sincronizados por un ritmo de cámara en movimiento continuo, a través de travelling y encuadres que provocaban un aire coral. La directora Laila Pakalnina asume además un filtro monocromático, otorgando a su historia un carácter profético y trágico, sentimiento que también se desplegaba en los relatos de los directores citados, sobre revolucionarios que saltan de un ambiente de incertidumbre a uno dramático.
Ausma (Amanecer) es el retrato de una granja que lleva ese mismo nombre. Esta entra en conflicto luego que un padre fuera denunciado por su hijo –de no más de diez años– ante los vigilantes soviéticos, a consecuencia que el adulto se resistiese a las nuevas normativas establecidas por los comunistas, quienes han venido expandiéndose en toda Letonia. Pakalnina recrea una historia infame sobre una familia traicionándose en pos de sus propias causas o resentimientos. El concepto del héroe, en tanto, es paradójico. El resto de personajes, enteramente secundarios, se disponen a alinearse sobre a una de las dos filas. Así como en las películas de Sergei Eisenstein, hay un ambiente que está en ascuas. La comunidad asume claramente su postura y, mientras tanto, hay otra dispuesta a frenarla. La visión de la película, sin embargo, no se alía con ninguno. Su perspectiva es la de un espectador divirtiéndose con un espectáculo infantil. De pronto, toda idea aquí parece informal, recién encurtida, como los mismos niños scouts adoctrinados por los soviéticos.