El punto de interés del documental de Alberto Castro radica en las reflexiones que suscitan entorno a la estadía provisional de un grupo de drag queens de un reconocido reality show. Invasión Drag (2020) puede ser digerido como una vertiente de documentales sobre figuras o géneros musicales. Pienso en películas como Woodstock (1970) o Searching for Sugar Man (2012), registros que además de reconocer a intérpretes, exhiben a una comunidad específica, una legión de fans que manifiestan puntos en común, los cuales describen de paso a una generación que carga y comparten similares fantasías e incluso miedos. Es también un panorama a una coyuntura, las que presenta sus tendencias y restricciones. Todo esto se proyecta en el documental de Castro, a propósito de estos rock stars que generan emociones a sus seguidores y se les exhibe como representantes de esa colectividad.
jueves, 23 de junio de 2022
Invasión Drag
jueves, 9 de junio de 2022
XIII Festival Al Este: El faro
Tanto el mito como el terror trascienden a causa de “lo desconocido”. Por un lado, los mitos griegos nos enseñaron que los retos impuestos por una naturaleza fantástica es una alegoría sobre la humanidad descubriendo y reconociendo un escenario que creída haber explorado y comprendido. Es decir; los mitos dan prueba de que la humanidad es ignorante ante eso que les obliga a adentrarse a una aventura ante lo desconocido. Por otro lado, el terror es el miedo a alguna fantasía, a lo antinatural, lo no comprendido. El individuo que sea conocedor de todo lo que rige en su entorno estará libre del terror. Pero lo cierto es que todo ser humano es ignorante o está expuesto a lo desconocido. Se entiende entonces por qué una película como El faro (2019) funciona al fusionar esos dos tópicos. Podría decirse que uno forma parte del otro, aunque no siempre un mito es equivalente a un escenario de terror. Siguiendo las pautas de los mitos griegos, estos estaban lejos de ser historias de miedo. Todo lo contrario. Eran relatos de épicos, muestras de valor, humanos puestos a prueba, física, anímica y mentalmente. Algunos lograban sobrevivir al final. Otros eran consumidos por el hado trágico; prueba de que la naturaleza es selectiva. Es a propósito de esa última idea que se reconocen a los protagonistas de la película de Robert Eggers.
martes, 7 de junio de 2022
XIII Festival Al Este: Il buco
En Le Quattro Volte (2010), el director Michelangelo Frammartino nos acerca a un terruño de la tradicional Italia, un espacio no solo apartado, sino que además evidencia un sesgo decadente. En esa historia sin diálogos, personajes sin nombres propios, rituales cada vez menos asistidos, se percibe el retiro de algo. Toda una comunidad y sus miembros se ven expuestos al olvido. Es el fin de eso que Pier Paolo Pasolini llamaba la esencia italiana: las tradiciones de las provincias. Mediante un filtro poético, Frammartino define cuatro personajes que cumplen su ciclo de vida. Claro que no son los casos de ciclos renovables, sino que se extravían, se derrumban, se extinguen o solo queda cenizas de estos. Es su forma de decir cómo es que un país ha dejado atrás un espacio idílico. Esto se replantea en su última película. En Il buco (2021), también percibimos esta agonía del escenario rural. Lo que un día fue el espacio de retiro por excelencia, en esta nueva historia el visitar una meseta de Calabria es razón para emprender una expedición al pasado. Inspirado en una excursión que aconteció en los años 60, Frammartino aprovecha ese encuentro entre un grupo de espeleólogos y una comunidad rural para bosquejar la divergencia entre esos dos mundos que, hasta el día de hoy, habitan en una misma realidad, pero a la vez parecen ser ajenos a propósito de sus culturas correspondientes.
XIII Festival Al Este: Gentle
Esta es una película sobre el desaliento ante la rutina. El conflicto de Edina (Eszter Csonka), una madura fisiculturista, no deviene ante la proximidad de la vejez. A propósito, estoy pensando en The Wrestler (2008), de Darren Aronofsky, en donde el agotamiento físico sí se convierte en un problema para un veterano luchador y además apasionado de su oficio. En su lugar, la protagonista de los directores Laszlo Csuja y Anna Nemes ha comenzado a percibir cierta postración ante el hábito de exigir a su cuerpo frente al peso metálico, asistir a una rigurosa dieta o ahogarse de ansiedad tras los bastidores de los concursos. No es tanto el cansancio de un cuerpo que ya no demanda como en su juventud. Se podría decir que ello es una excusa o síntoma que la propia naturaleza aflora a fin de anticiparle que el encanto de ese deporte, al menos para ella, ya no genera entusiasmo alguno. Gentle (2022) relata la historia de una mujer haciendo las cosas por hábito; es decir, sin percibir algún rastro de deseo en lo que emprende. Aquí estamos hablando que ni el honor más emblemático la persuade, tomando en cuenta que la fisicoculturista es aspirante y hasta favorita para el próximo Miss Olympia, escenario que reconoce a la mejor dentro del rubro. Es un reconocimiento mundial que quedará grabado en la historia. Pero, simplemente, ella ya no lo desea.