Rememoro una secuencia
casi de principio de la película. En su momento, me resultó curioso un primer
plano al rostro de la esposa de Nasir (Valavane Koumarane), justo cuando el
autobús arrancó para emprender marcha. Un sentimiento silencioso parecía
manifestar la mirada casi perdida de la mujer. Ella se iba por tres días a cumplir
con un compromiso. No hay razón para sentirse pasmada por una breve separación.
El hecho es que también, segundos antes, su marido le preguntaba: “¿Es
necesario que vayas?”. Diría que a
partir de esa secuencia, el director Arun Karthick revela un punto de inflexión
en esta historia que presume ser una representación rutinaria de un hombre de
familia. El retiro temporal de su esposa resultaría algo cotidiano, tanto para
él como para ella. Pero lo cierto es que no estamos dentro de una circunstancia
normal, sino en una temporada que mantiene en alarma a la comunidad musulmana
en la India, la que representa esta pareja. Nasir
(2020) es una película que hace un panorama de esta situación mediante un
perfil bajo.
En el transcurso del
filme, somos testigos de un resumen habitual de Nasir, un modesto personaje que
trabaja en una tienda de telas ubicada en Coimbatorel, ciudad en donde vive
junto a su familia y la de su hermana. Con mucha sutileza, Karthick nos descubre
una mirada reconfortante de su protagonista. Su marco de 4:3 encierra un mundo
que parece describir la esencia de este. Dentro de su sencillez, hay algo bello.
El director encuadra con una elegancia fotográfica. Revela una estética estimulante
a partir de un área minimalista. Resalta lo bello desde lo cotidiano. Eso es
prácticamente lo que define al protagonista de Nasir. Dentro de esas humildes expectativas, reconocemos a un
hombre humano, deseando lo mejor para su familia, recitando palabras
alentadoras, tanto para sí mismo como para su esposa que no llega. La vida de
este musulmán conmueve y además contrasta con su realidad, el de una dura subsistencia
económica, social y religiosa. En ese sentido, su optimismo es un escudo férreo
dentro de un espacio que no lo estima.
Sucede que este año en
India la situación de los musulmanes se ha visto intimidada a causa de las
protestas y actos radicales por parte de grupos nacionalistas. Mientras Nasir
marcha a embarcar a su esposa, discursos públicos de odio se escuchan. Se proclama
una religión oficial, una negación a los foráneos. Se le reza a lo auténtico.
Es un clima extremista que no está lejos del nazismo o el racismo en EEUU.
Volviendo a esa secuencia inicial, resulta significativa esa separación. Puede
haber varias razones por la que la esposa observa a la nada. Tal vez se fue
para no volver, ahuyentada por un contexto en donde es minoría; o tal vez
piensa que al volver su esposo ya no esté, o que ella simplemente no
sobrevivirá a un retorno. Todo esto es suposición, y es que el filme de Arun
Karthick se empeña por evadir un drama en donde los personajes comentan sus
miedos. El drama se gana mediante la costumbre, esa convivencia que tenemos con
su protagonista principal, una empatía no forzada, contemplativa. Por otro
lado, el miedo también se expresa desde una cotidianidad, una normalización que
–no lo dice el filme, sino los medios de prensa– la misma policía y el Gobierno
indio consiente.
Nasir está curado por el Festival de Mumbai. Puede verse la película gratis en este link: https://bit.ly/2A8KPAH
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