Enigmático filme de
Dane Komljen, director de origen yugoslavo que hace una suerte de elegía a esa
nación que ya no existe, pero que aún conserva sus vestigios. El filme en
principio no parece querer representar una historia. All the cities of the north (2016) es más la aproximación a una
rutina; la de dos hombres habitando en un espacio del que no se define
geopolíticamente, pero se entiende algún día fue Yugoslavia. Del lugar
reconocemos arquitecturas abandonas rodeadas de vegetación. Hay un abandono
palpable de un contexto que no tiene dueño y que los protagonistas han tomado y
reconocido como su hogar. En la película de Komljen el tiempo transcurre con
sosiego, algo que parece también trasmitir los personajes que deambulan por el
alrededor y por momentos llenan su itinerario con un oficio de peón. No son homeless, pero es como si la misma
atmósfera los identificara como tal.
All the cities of the north es también una voz de poesía evocativa que tal vez es
recitada por algunos de esos hombres. Son los instantes claros en que existe
esa referencia al país que fue Yugoslavia, uno que proyectaba desarrollo, y
que, al igual que cualquier otro país europeo, había heredado esa actitud
colonialista al expandirse hacia lugares lejanos. Dane Komljen recurre a la
fotonovela al estilo de Chris Marker y se traslada a las arquitecturas asentadas
en el continente africano que fueron destinadas a ser centros laborales dominados
por el ex gobierno yugoslavo, hoy en día edificaciones que apenas han servido
como lugar de tránsito. Hay esa alusión a la no correspondencia hacia lo que no
tiene dueño. Una suerte de estigma a lo inexistente. All the cities of the north es una mirada virtuosa en donde la
fotografía otorga esa cuota espectral, un lugar fantasmal en donde los
fantasmas habitan. Es un mundo aparte.
All the cities of the north podrá ser vista hasta el 20 de
febrero en la plataforma de Festival Scope: http://bit.ly/2kcCP3s
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