Además del arduo
trabajo por reunir los materiales fílmicos extraviados, está la estructura
narrativa que promueve Fernanda Pessoa combinando los mismos, a fin de
desarrollar una historiografía parodiando una época de dictadura y cambios importantes
para la sociedad brasilera. Historias que
nuestro cine (no) contaba (2017) hace una remembranza a las llamadas películas
pornochanchadas, filmes que se gestaron terminando la década de los 60 y cerca
de los 90. Fue el síntoma desvergonzado de una temporada de amordazamiento, en
donde se hacía apología a la cultura popular haciendo un manifiesto de sus costumbres
y una celebración por el gusto de la liberación del cuerpo y la sexualidad. Desde
ese sentido, la reunión de este found
footage, más allá de sus diálogos de una simpleza jocosa y sus argumentos sin
más pretenciosas que la del goce por la picardía, la violencia y el sexo, es marco
de la coyuntura de entonces, del grande comiendo al chico, las alianzas
comerciales y el asentamiento del capitalismo, y la extensión de la paranoia política
expandida por la Guerra Fría.
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