Otra de héroes que son
cuestionados. Clint Eastwood asiste a una historia sobre un personaje calumniado
por el solo hecho de romper con el estándar asociado a lo heroico. Richard
Jewell (Paul Walter Hauser), un guardia de seguridad durante los Juegos
Olímpicos de Atlanta, pasa de ser héroe a posible culpable del atentado que
aconteció en el ínterin de la celebración. Eastwood nos presenta a un personaje
que descubre un perfil que alienta a los demonios de una nación. Definir esta
idea es imprescindible para la verdadera meta del filme. El compromiso del
director no solo es el de hacer un acto de honor a su protagonista, sino
también el de señalar y cuestionar los prejuicios arraigados de EEUU, detonantes de una serie de negligencias
que no hacen más que boicotear los ideales de una nación.
Al igual que en Sully (2016), en la última película de
Eastwood vemos a un héroe sentado en el banquillo dado que ha puesto en duda o
ridículo la labor de una institución emblemática. En consecuencia, estos “fuertes”
ponen manos a la obra para revertir la hazaña de los héroes a fin de salvar sus
propios nombres. En Sully, una
industria aérea interpreta una maniobra de salvataje como un acto que puso en
peligro a toda una tripulación. En tanto, en Richard Jewell, el FBI observa en un acto de prevención el indicio de
un trastornado que urge del reconocimiento de su país. En efecto, Eastwood
sigue amasando el discurso del héroe humilde, ferviente protector de sus
compatriotas y la normativa que (en teoría) los protege; sin embargo, el drama
de la película se concentra en los esfuerzos por desprestigiar el arrojo
incondicional a beneficio de su nación de una persona.
El filme es Richard
Jewell versus el FBI, la entidad que no es otra cosa que el último escalón de
la ley, aquella que el mismo Jewell respalda ciegamente, a pesar del mal tributo
que recibe de esta. Se podría decir que la película está destinada a ser una
historia sobre un individuo desencantado con una fantasía, pero no es así. Eastwood
está convencido de que su personaje es fiel a ese ideal de nación de inicio a
fin, y no habrá ofensa que lo persuada a reprochar a su propio país. Richard Jewell es un filme que descubre
a agentes que desprestigian la norma y la conciencia social, como bien lo
refuerza el rol de una periodista oportunista. No es gratuito que por momentos
esta personaje luzca forzada y caricaturesca. Básicamente, es un indicio del
deseo de Clint Eastwood por subrayar los defectos de un sistema.
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