La transparencia y la
rigidez parecen sobrarle a Constantino Zegarra (Fernando Bacilio), juez
instalado en una de las tantas oficinas del Palacio de Justicia, responsable de
numerosas sentencias máximas a individuos que un día delinquieron la ley y que
para su mala suerte chocaron con –tal vez– el más severo e implacable
magistrado de toda la Corte Suprema. Lo cierto es que esto está a punto de
cambiar. Si el protagonista principal de Octubre
(2010) va camino a la redención, el protagonista principal de El mudo (2013) va rumbo a la perversión.
Los Hermanos Vega realizan un segundo filme que nuevamente ajusta, complica y
termina por volcar la rutina de un individuo dueño de una conducta,
aparentemente, inquebrantable. Constantino en un mismo día será degradado,
expectorado, ignorado y baleado. Y si no fuera suficiente, dicho accidente lo
ha dejado temporalmente mudo, es decir, sin derecho a apelación o reclamo.
Irónicamente, El mudo relata una serie de injusticias
del que es víctima este correcto juez, uno que asume que todo por lo que está
pasando no es más que una vil confabulación en contra de su integridad judicial.
Lo siguiente a lo que recurrirá Constantino será al protocolo policial
correspondiente, el apoyo incondicional de su familia y su puro instinto. Todo
esto, sin embargo, falla o simplemente no funciona al ritmo que esperaba. La
indiferencia y su mudez parecen incapacitarlo, mas esto le ha sembrado una
obsesión. El juez ha comenzado a jugar al detective. Constantino pasa sus días
buscando pruebas, rastreando y hostigando a sus posibles agresores. El nivel de
obsesión se ha filtrado hasta en sus mismos sueños. Dada la ausencia de
resultados, es entonces cuando lo personal degrada incluso sus propios
principios. Los Vega dinamitan la moral de un sujeto correcto con el fin de que
este se convierta en un actor más de la transgresión. Del antiguo Constantino
no quedará más rastro que las fantasías danzantes de su última escena. Lo que
sí conversará es su sobriedad, una que por cierto le sobra (para tedioso) a El mudo.
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