La película de Renzo
Leyva inspira su historia a partir de la experiencia de unos cineastas nóveles.
Un grupo de universitarios tendrá que realizar a contrarreloj un filme para
postular a un concurso, y es consecuencia de esta eventualidad que se
desmantelan las incidencias, dudas y conflictos que surge entre sus miembros durante
su “corta” convivencia. Lo cierto es que previo a las secuelas, los
protagonistas de este filme dejan en claro una vacilación o cuestionamiento
frente al oficio que ejercen. Cinema
Express (2019) inicia con la percepción de una inapetencia general. Más
allá del cansancio producto del madrugar, la desmotivación está extendida en el
ambiente. Desde cuestiones personales hasta banales, son las que invitan a
repensar a estos jóvenes que tal vez el oficio de cineasta no compensa
esfuerzos como el hacer una película en 24 horas. Entonces, ¿qué los retiene?
Cinema Express es un tributo al cine desde una perspectiva apasionada. De
alguna forma, todos los personajes introducidos en este pequeño universo –al
que se incluye el pesado director “consagrado”– se sostienen de su pasión por
la ficción a fin de lidiar con los actos reales. Es su amor hacia el sentido
artístico –sea de visión comercial o de autor– lo que los sostiene ante
cualquier hecho precario, a veces incontrolable. Es decir, la historia retrata
a un grupo de obstinados, personajes ejerciendo resistencia ante una serie de
hechos que tienen que mediarse a fin de poder concretarse la película, la gran
motivación de los protagonistas y del filme. Ahora, Renzo Leyva no se inclina
al razonamiento discursivo, por ejemplo, obligando a que el director de su
historia, al mejor estilo francés, se explaye justificando su visión del cine.
En su lugar, son las
propias películas, la cinefilia, la que motiva, la que genera consensos y pone
en marcha el proyecto o aventura fílmica. Un momento ejemplar es cuando un
instante de anarquía, en lugar de provocar el caos o el derrumbe de la
sociedad, encumbra en una serie de improvisaciones que emergen producto de las
filias audiovisuales que hacen alusión al serie B, el policial o el subgénero
zombi. Adicionalmente, y en paralelo al contenido del argumento, Cinema Express no deja de revelar
marcas, tópicos e incluso clichés propios de una conciencia cinéfila. El blanco
y negro, la alusión a Bob “el silencioso”, el testimonio muy de la nouvelle vague sobre primeros autores
planificando en el proceso, son una serie de caminos y formalismos que dan
pauta al gran estímulo de la película.
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