Puedo iniciar diciendo
que a diferencia de ediciones anteriores, la más reciente me deja pocas
películas que nombraría como “Preferidas o favoritas”. Es por esto mismo que
evito una lista puntual. A pesar de ello, el Festival de Lima no deja de manifestar
la variedad y el atractivo de poder ver películas que bien traen expectativas o
simplemente esperan a una primera mirada. Antes de hacer un repaso a la
programación, como para no perder la costumbre, inicio este Balance con un asunto
que me parece tiene que cambiar de una vez por todas.
Los percances
Nuevamente la prensa a
cargo del Festival (la misma de los últimos años). Para esta edición se me
programó dos entrevistas a través de Vértigo (boletín oficial del Festival). Estas
nunca se hicieron realidad. La poca organización o interés por confirmar las
fechas provocó que en la primera cita nunca llegara el entrevistado. La segunda entrevista fue dimitida, a petición
de la editora de Vértigo, a fin de que me vea envuelto en una situación similar
a la primera entrevista.
La sala de prensa,
increíblemente, fue desactivada faltando tres días de concluir el Festival. Al
parecer la poca convocatoria de la misma motivó a su cierre. Me pregunto, ¿es
que acaso no hay consideración al momento de brindar un espacio de prensa? ¿Es
que acaso creen que los colegas extranjeros cuentan con una sede de trabajo en
Lima? La defensa pueda decir: la poca presencia de la prensa en general hizo
que se cerrara el salón de prensa.
Pero, ¿en qué
consistía la sala de prensa? Tres laptops (dos de ellas con mala señal de
internet) acompañadas de sus respectivas mesas y sillas. Nada más. Lo resto
estaba compuesto de muebles o áreas exclusivas para las entrevistas. Es decir,
la sala de prensa se compartía con el salón de entrevistas. Son dos espacios
distintos. En fin, para el próximo año la sala de prensa será un mito. Ojo, no
solo sus auspiciadores son los que difunden las noticias del Festival.
La Competencia
Ficción
De la Competencia
Oficial Ficción sobresalen películas como Casa
grande, La obra del siglo, Ixcanul y Solos (es la única peruana que se ha reseñado dado que no será
estrenada comercialmente). En menos proporción está El incendio, Una segundamadre, El abrazo de la serpiente y Carmín tropical. De la Competencia me faltó ver El club.
Los temas: las dos
películas brasileras (Una segunda madre y
Casa grande) me hace pensar que el
cine en dicho país está tomando una consciencia social en referencia a la desigualdad
económica que divide a sus habitantes. Esto se asume mediante un idioma cómico
y satírico, ánimo que se vio hace unos años en El sonido alrededor, de Klebler Mendonca Filho. Por otro lado, una
película como La obra del siglo nos
da cuenta que en Cuba está surgiendo un cine que se ha sacudido del
convencionalismo social (como ocurre en La
pared de las palabras, también seleccionada en Competencia), algo que también
se observó hace unos años con Melaza,
de Carlos Lechuga, o en la película Venecia,
de Enrique Álvarez, incluída en la sección “Múltiples Miradas” de este año.
Las seleccionadas de
México coinciden en abordar un realismo sórdido. La violencia, el tráfico de
armas o la prostitución, son temas frecuentes al ser parte de la coyuntura en
el país norteño, los cuales, por cierto, resuenan en los festivales europeos.
Por último, Ixcanul y El abrazo de la serpiente coinciden en
la reflexión sobre el imaginario étnico tratado desde su interior. Tanto los
personajes que viven en un apartado pueblo de Guatemala como el indio chamánico
de la Amazonía colombiana, luchan frente al imaginario citadino al ponerse en
duda sus creencias míticas. Por cierto, esto puede ser leído además como la
decadencia de una generación, lo que también se manifiesta en la colombiana La tierra y la sombra.
¿Qué criticar de esta
sección? Esa necesidad de “democratizar” las miradas. Hay películas que no está
mal incluir dentro de la Compentencia, sin embargo, es preciso diferenciar
entre lo trascendental y lo trivial. A propósito, dos películas que nos hubiera
agradado ver: Vientos de agosto, de
Gabriel Mascaro, y Dos disparos, de
Martín Rejtman. En la Competencia Oficial Documental, una mención a la uruguaya Tus padres volverán.
Las otras secciones
Acertada la sección
“Hecho en el Perú”, que invita a dar una mayor presencia del cine peruano
dentro del Festival. Habría que esperar a una sección descentralizada, también
necesaria. De “Múltiples miradas”, es curioso ver La vida de alguien, de Ezequiel Acuña, fuera de Competencia. “La
vuelta al mundo en 8 días” estuvo conformada por siete películas que se
estrenarán (o se estaban estrenando) en cartelera comercial. Eso se llama
“salir del paso”. Decepción la selección de la “Semana de la crítica de
Cannes”. Faltó ver Degradé, función
que en la fecha que programé la cancelaron y decidieron cambiarla por French cancan, de Jean Renoir. Y, a
propósito de eso, la sección “Grandes clásicos Franceses renovados” no genera
más que gratitudes. “Gira Ambulante” es una sección a valorar. Dos películas a
mencionar. El patio de mi casa, de
Carlos Hagerman, un documental íntimo sobre los padres del director y la eterna
reflexión sobre la vida, la muerte y la memoria. El otro, The visit, la primera película que vi de mi programa y lo mejor (de
lejos) que he visto en todo el Festival (no contando con las películas de
retrospectivas). Un documental que por cierto pasó desapercibido. Solo tuvo dos
funciones. Por último, la gran selección de películas sobre la fílmica de
Werner Herzog (gran ausente Grizzly man),
y la inclusión de Las últimas
conversaciones, filme póstumo de Eduardo Coutinho, que decidí no ver por
culpa del cansancio.
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