Un comentario clave en
la película de Marcela Said sucede para cuando un agente policial afirma que
los actores de tercer o cuarto orden de los crímenes acontecidos durante la
Dictadura en Chile no son objeto de investigación. El porqué de ello se
responderá en el transcurso de la trama. Los
perros (2017) toma como protagonista principal a Mariana (Antonia Zegers),
una mujer de clase alta, hija de un acaudalado empresario, y esposa de un
abogado argentino. Su vida como curadora artística se complementa con una
rutina propia de su posición. En su itinerario, conocerá a Juan (Alfredo
Castro), el profesor de sus clases de equitación. Un acontecimiento, encenderá
la curiosidad de la mujer, quien se acercará más a su tutor, a pesar de
descubrir el oscuro y cuestionable pasado de este.
Said nuevamente toma
la figura de un animal para crear una metáfora de un síntoma social e
histórico. Si en El verano de los peces voladores (2013) el exterminio de unas carpas representaba una erradicación
poblacional nativa, en Los perros la
cacería de los canes es símbolo de la exención de los amos. ¿Quiénes fueron los
actores intelectuales de los crímenes por lesa humanidad? En el filme veremos a
los perros siendo procesados, mientras que los amos continúan con su vida
habitual. Para ello Said hace un retrato especial, y hasta excéntrico, de estos
amos, los representados por la burguesía chilena, una comunidad contaminada por
un cinismo y un desinterés por lo ajeno, por lo social e históricamente
trascendental. El personaje de Mariana profana el duelo de una nación tocada
por la desgracia.
Los perros hace un panorama de la indolencia ante la tragedia ajena.
Muchos de los personajes se mueven entorno a sus propios principios y
frivolidades, incluso los que representan al orden público, caso el personaje
de un investigador, quien literalmente hace pesquisa en un instante y seguido
infringe, viola el protocolo. Marcela Said desarrolla una serie de acciones y
argumentos que contradicen los principios morales y, lo que es peor,
ejerciéndose a conciencia. En efecto, existe esa típica asociación de la escala
de poder y beneficios públicos; sin embargo, se logra generar un rastro de
reflexión. A pesar de la acción final de Mariana, algo ha removido su
conciencia. La impunidad seguirá incólume, mas ya no a causa de la ignorancia,
sino por un gesto de doblegación.
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