Una desagradable tarde
en Cineplanet Alcázar me hace tomar esta decisión, y no por obra del personal
del cine, sino por los mismos organizadores del Festival de Cine de Lima asignados
a dicho local. Nuevamente un trato para con la prensa que enfatiza y enciende un
malestar recíproco. Se entiende que el personal de turno siga órdenes, sin
embargo, resulta descabellado aplazar la entrada a la prensa para cuando la
sala en cuestión de 150 butacas tiene no más de 20 tickets comprados en un
horario de 3:30 de la tarde. Que el personal haya tomado dicha radicalidad (así
lo describió y reafirmó uno de los encargados, a pesar de que le aconsejé usara
otro término menos intimidante), a propósito de un incidente acontecido con un
miembro de la prensa el martes pasado (es lo que contó otro de sus miembros), no
se cuestiona, pero de ahí a “afirmar” que se vendieron gran parte de las
entradas para las siguientes funciones (eran 7 de la noche) en todas las salas con
el fin de evacuar a la prensa, es motivo de contrariedad. Lástima que la web de
Cineplanet se cayó a esa hora. No había forma de desenmascarar ese invento, así
que fue más práctico retirarme a casa.
No pienso hacer uso de
la credencial de aquí a los siguientes días. Para mí el Festival de Lima ha
terminado. Ya mucho estrés y malestar me ha generado este asunto. El riesgo de
que se repita esto en lo que queda del evento, me provocaría una embolia. Sería masoquista de mi parte volver. Aunque
tal vez regrese por La marquesa de O,
obviamente previa compra de mi entrada. Todo sea por Rohmer. El cine, al menos
para mí, cura cualquier resentimiento. Es cierto; “el cine nos une”. Claro que también
están los principios de cada uno. Ahora entiendo por qué algunos que tienen la
opción de ingresar a las funciones con credencial optan por comprar sus propias
entradas. Tuvo que pasar esto para que pueda entenderlo. No espero solidaridad
de los colegas (no hay gesto más vil que privar a alguien de una película),
solo espero que para la próxima edición el Festival pueda adquirir a un personal menos "radical" y normas más consecuentes. Que el hecho que la prensa no pague su entrada, no significa tengamos
un trato menor al del espectador general, y si las reglas de juego serán así,
entonces mejor supriman las credenciales.
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