A principio de esta
película, en una muestra de aleccionamiento a su hijo, Frank (Olivier Gourmet)
deja en claro lo crucial que es para su vida formar parte de una rutina laboral.
En sus cincuenta años, este padre de una familia de seis miembros es el ejemplo
de cómo formarse desde cero en un oficio, amasar sus logros no habiendo incluso
terminado la secundaria, todo adquirido en base a su esfuerzo, dedicación y
compromiso. Estas aptitudes se notan en su cotidiano, siempre llegando a la
oficina antes que los demás o nunca apagando el celular; es decir, siempre llevando
su trabajo a casa, cada que sea necesario. Ceux
qui travaillent (2018) narra la historia de este personaje a punto de
perder aquello que formó y dio sentido a su vida, que permitió florezca su
familia, que consiga una lujosa casa, una comodidad asegurada para los suyos.
Pronto Frank pasará a ese lado que advirtió a su hijo nunca debería estar. El
director Antoine Russbach nos relata una historia que tiene una premisa
familiar que, sin embargo, no deja de tener un valor para la coyuntura.
En Ceux qui travaillent un hombre pierde su
empleo. Gran parte de la película se dedica a observar a este protagonista asimilando
esa nueva vida, la que dejó de ser opción desde que abandonó sus orígenes
rurales. Vemos a Frank desorientado, dando señas de su derrumbe. Pero lo sustancial
no es esto, sino la raíz que provocó este cambio. Russbach alude a un comportamiento
ético dentro del ámbito laboral que parece ser un síntoma social. Existe una
crisis de humanidad, sentirse ajeno frente a los desprotegidos (por qué no
decir; los refugiados) y la suerte que pudieran correr estos. De pronto, más
importante que la vida ajena, es más trascendente se cumpla el negocio a la
hora pautada. Es consecuente que la labor de Frank sea el de gestor portuario. El
trasladar una carga, el significado de su trabajo, le ha proveído, pero también
le arrebató algo que le es imperceptible, y a la larga le generó un peso, una “carga”.
Ceux qui travaillent concentra a
personajes inconscientes a lo ajeno, apegados lo material. No solo es el hombre
que se equivocó, es una industria hipócrita, una familia infértil, y una
generación inocente que observa, y posiblemente aprenda aquello de los grandes.
Mira gratis (tickets limitados) Ceuz qui travaillent, de Antoine Russbach, por Festival Scope, previa suscripción gratuita: http://bit.ly/2AVeUmZ
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